Un grupo de cartografía de la UPV/EHU se propone crear el primer mapa geomorfológico de la CAV

Además de ofrecer servicios a medida, este grupo de investigación también se involucra, por iniciativa propia, en proyectos de gran envergadura. De hecho, Eguiluz está a punto de culminar un proyecto en el que ha estado trabajando durante los últimos 35 años: el mapa geológico de Extremadura. Y ya tiene el siguiente trabajo en el punto de mira: «No hay información de calidad sobre formaciones superficiales, regolito y suelos de la CAV. Así pues, uno de los aspectos en los que queremos centrar nuestro trabajo es paliar estas deficiencias y abordar estudios relacionados con esta temática”. Este aspecto incluiría intentar crear el primer mapa geomorfológico de la CAV.

El grupo ya ha empezado a poner los cimientos del proyecto. Uno de sus miembros, Josu Junguitu, está escribiendo una tesis doctoral sobre las características geomorfológicas de Valdegovía, aprovechando la extraordinaria oportunidad que les brinda el hecho de que, en estos momentos, haya abiertos 70 kilómetros de zanjas en esta población alavesa, debido a unas obras de canalización para el regadío. “Vamos a dedicarnos a analizar lo que es todo el material que hay desde la roca hasta la superficie. Queremos ver cómo es, qué distribución tiene, sus espesores…”, dice Eguiluz.
El primer paso para ello es la fotointerpretación, el estudio del relieve mediante fotografías aéreas, que permite deducir qué se va a encontrar allí: tipos de tierras, edad geológica, envergadura… Para su realización, el grupo cuenta con imágenes tomadas mediante tecnología LIDAR, proporcionadas por el Gobierno Vasco. Según explica Eguiluz, el LIDAR consiste en lo siguiente: “Un avión lleva un láser especial, dispara una nube de rayos —en dirección al terreno— y por cada punto recibe hasta cinco rebotes”. De ahí se obtiene un mapa de puntos muy denso, de hasta tres puntos por metro cuadrado, que permite hacer modelos digitales perfectos del terreno: “Te da cualquier rotura, cualquier cambio. Resalta mucho los cambios de pendiente. Esas imágenes te permiten eliminar la vegetación y te dan las formas de la superficie”.

A partir de ahí, se trata de realizar trabajo de campo, de analizar in situ cada tipo de tierra, para lo cual los 70 kilómetros de zanja les serán muy útiles. “Lo que hace el geólogo es ir allí, coger la muestra, buscar los fósiles; éstos te permiten saber qué edad tiene el terreno. Eso es la geología”, dice Eguiluz. La cual, a continuación, se convierte en geomorfología, al investigar y averiguar cómo esa superficie se rellena con otros materiales, cómo otras superficies van depositándose encima de la primera… “Así se va reconstruyendo la historia”.

SINC

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