El uso de este tipo de espectroscopia es una práctica establecida para el análisis rápido y preciso de la calidad de granos y de forraje, así como para otros usos agrícolas, en parte debido a los estudios por científicos del ARS, el cual es la agencia principal de investigaciones científicas del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés).
Pero Calderon, quien trabaja en la Unidad de la Zona Central de las Praderas para Investigación del Manejo de Recursos mantenida por el ARS en Akron, Colorado, es el primero en explorar la utilización de esta tecnología para detectar las asociaciones entre las raíces y los hongos en el suelo.
La capacidad de rápidamente analizar los suelos del campo para detectar la presencia de estos hongos beneficiosos, llamados las micorrizas, podría permitirles a los científicos a determinar cuáles de las rotaciones de cultivos u otras prácticas agrícolas aumentan las poblaciones de las micorrizas. Esta información es importante nacionalmente para mejorar los rendimientos de cultivos, y es especialmente valiosa en las áreas semi-áridas tales como la Zona Central de las Praderas.
Los hongos micorrizas viven en una relación simbiótica con plantas. Los hongos alargan el alcance de las plantas absorbiendo nutrientes y agua que de otra manera serán fuera del alcance de las raíces de las plantas. A cambio, los hongos se alimentan en las fuentes de carbono provistas por las plantas.
Calderon dice que la prueba podría simplificar, acelerar y hacer más objetivas las medidas de las micorrizas en muestras de raíces comparadas con el método estándar de medir la población de micorrizas basada en observaciones visuales por microscopio. Calderon desarrolló la técnica con científicos del suelo Veronica Acosta-Martinez y Merle Vigil, quienes trabajan en laboratorios mantenidos por el ARS en Lubbock, Texas, y Akron, respectivamente. Otros colaboradores incluyen David Douds, quien es microbiólogo con el ARS en Wyndmoor, Pensilvania, y James Reeves, quien es químico con el ARS en Beltsville, Maryland.
Los científicos midieron la reflectancia de la luz infrarroja de muestras de raíces secadas y pulverizadas de zanahoria. Descubrieron que la quitina de las paredes celulares y los ácidos grasos en los hongos micorrizas tienen firmas espectrales distintas, absorbiendo la luz infrarroja en longitudes de onda diferentes de las muestras estándares de la quitina y los ácidos grasos, y diferentes de las muestras de raíces sin las micorrizas.
Los investigadores planean estudiar las propiedades espectrales de otras especies fúngicas asociadas con cultivos para descubrir si hay firmas espectrales universales para este grupo importante de organismos.
Los resultados de esta investigación han sido publicados en ‘Journal of Applied Spectroscopy’ (Revista de Espectroscopia Aplicada).
ARS