Una vez alertados, los responsables del pozo de riego, radicado en la partida de Terrabona de Picassent, acudieron al lugar de los hechos y comprobaron que la construcción dedicada a tales menesteres había sufrido un asalto. Concretamente, la puerta metálica de acceso, de tres metros de alto por dos metros de ancho, había sido sustraída, al igual que dos motores de bombeo de 50 caballos, cable de cobre y material diverso. En total, el valor de los bienes sustraídos y de los desperfectos causados ronda los 24.000 euros.
El lugar donde el presunto ladrón sufrió el accidente de fatales consecuencias se encuentra dentro de la propia caseta que alberga el pozo de riego. Se trata de un espacio que cobija una instalación eléctrica de alta tensión y que está perfectamente señalizado y protegido por una reja siempre cerrada. Un cartel de color rojo adherido a la portezuela del habitáculo luce un dibujo alusivo que alerta sobre el peligro y, además, el mensaje se ve reforzado con la siguiente advertencia: “No tocar, peligro de muerte”. Así que, presumiblemente, las intenciones que podían animar a la persona que resultó electrocutada a la hora de correr semejante riesgo no habrían sido otras que las de sustraer las varillas de cobre macizo que coronan la referida estructura de alta tensión. Al parecer, y de acuerdo con los datos recogidos por esta organización agraria, el hombre que acompañó al hospital al herido que finalmente perdió la vida como consecuencia de la descarga eléctrica recibida, fue detenido por la Guardia Civil tras comprobar que tenía antecedentes penales.
No es la primera vez que este pozo de riego sufre un asalto. Muy al contrario, en los últimos años, los delincuentes lo ya habían desvalijado, por lo que se cursaron las oportunas denuncias. Ante estos hechos, AVA-ASAJA desea transmitir a la opinión pública que lamenta profundamente la muerte de una persona en unas circunstancias tan dramáticas, pero agrega al respecto que lo ocurrido viene a confirmar que, por desgracia, los niveles de inseguridad en el sector agrario resultan inaceptables para cualquier sociedad civilizada. Hace apenas un mes un agricultor de Elche fue apuñalado en su propia parcela por unos delincuentes y ahora es un presunto ladrón el que ha perdido la vida. Ya no estamos hablando, por tanto, del hurto de cosechas o de material, sino de vidas humanas. La situación en el sector agrario está ahora mismo fuera de control y el Gobierno parece empeñado en mirar hacia otra parte, centrar sus esfuerzos en la delincuencia urbana y minimizar la gravedad de un problema que está creando más y más alarma social cada día que pasa.
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