Una nueva arma contra los insectos en los jardines

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Científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) han descubierto cepas de bacterias que algún día podrían ser usadas como tratamientos amigables con el medio ambiente para combatir las orugas e insectos plagas en los jardines y en los campos de cultivos.

Los investigadores exploraron la colección de bacterias mantenida por ARS y descubrieron que las cepas que tienen la capacidad de producir una enzima específica pueden sobrevivir mejor el consumo por las orugas, comparadas con cepas que no producen esta enzima.

Esta capacidad de supervivencia significa que las cepas podrían ser mejores candidatos para servir como agentes de biocontrol contra insectos plagas en los cultivos y los jardines.

Los resultados han sido publicados en la revista ‘Biological Control’ (Control Biológico) y apoyan las prioridades del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés) de promover la sostenibilidad agrícola y la seguridad alimentaria internacional. ARS es la agencia principal de investigaciones científicas del USDA.

Bacillus thuringiensis (Bt) es una bacteria ahora usada para controlar la lagarta peluda, la oruga de primavera del este, los gusanos medidores y otras plagas que atacan los jardines, el maíz y otros cultivos. Pero la cepa más comúnmente usada, llamada Bacillus thuringiensis kurstaki, no puede sobrevivir por más de una sola generación. Después de matar una generación de plagas, esta cepa se muere y una nueva generación de plagas aparecen.

Michael Blackburn, quien es entomólogo en el Laboratorio del Comportamiento y el Biocontrol de Insectos Invasores mantenido por el ARS en Beltsville, Maryland, y sus colegas exploraron las 3.500 cepas de Bt en la Colección Beltsville de Bacterias para identificar aquellas cepas que tienen la capacidad de no sólo matar la primera generación de plagas, sino también matan las generaciones subsiguientes. La búsqueda fue parte de un esfuerzo más grande de clasificar las cepas en la colección basadas en los compuestos que ellas metabolizan y producen.

Los investigadores probaron 50 cepas de Bt que son tóxicas a la lagarta peluda, incluyendo kurstaki, y descubrieron que se pueden dividir las cepas en dos grupos: las cepas que producen la enzima llamada ureasa, y las que no producen esta enzima.

Los investigadores alimentaron a las larvas de la lagarta peluda con las 50 cepas de Bt. Después de la muerte de esas larvas, los investigadores pulverizaron sus cuerpos y los aplicaron a bolitas de una dieta artificial. Luego dieron las bolitas a otra generación de las orugas. Los investigadores anotaron la tasa de supervivencia de las bacterias durante múltiples generaciones de las orugas, y descubrieron que las bacterias que producen la ureasa tuvieron una mejor tasa de supervivencia después de consumo por múltiples generaciones de la lagarta peluda.

Estos resultados representan un avance hacia el descubrimiento de una cepa de Bt que podría ser más eficaz en combatir la lagarta peluda y posiblemente otros insectos plagas. Estos esfuerzos también podrían llevar al descubrimiento de cepas de Bt que crecen en el abono orgánico, combaten insectos plagas en una variedad amplia de cultivos, y medran en los jardines.

ARS

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