LA UNIÓ critica que la nueva modificación realizada a petición de los países del norte de Europa -y que parecía totalmente desterrada desde hace tiempo-, deja abierta la posibilidad de regionalizar la PAC en cada estado miembro, sin embargo permite el cultivo de frutas, hortalizas y patatas en aquellas superficies que durante el periodo de referencia comprendido entre el 2000 y el 2002 percibieron ayudas por el cultivo de herbáceos, leguminosas de grano, forrajes desecados o arroz; independientemente de cultivar o no la producción que dio origen a la subvención.
A juicio de LA UNIÓ esta situación provocará una clara discriminación para los productores de frutas, hortalizas y patatas debido a que los agricultores que percibieron ayudas por el cultivo de otros productos durante el periodo de referencia, podrán cultivar otras producciones más rentables como las hortalizas y frutas, percibiendo ayudas al estar desligadas de la producción como indican los cambios en el último reglamento del Consejo.
Joan Brusca, Secretario General de LA UNIÓ-COAG, dice que esta circunstancia «provocará aún más el abandono de este cultivo por los agricultores profesionales que vienen cultivando frutas y hortalizas desde siempre, ya que los perceptores de estas ayudas podrán vender sus producciones de frutas y hortalizas a precios más bajos debido a que tienen una compensación de la renta por una ayuda que a nuestro entender no es legítima».
Joan Brusca señala que el desacoplamiento de las ayudas podría conllevar también otro peligro añadido como el de la deslocalización de la producción de frutas y hortalizas. «La modificación aprobada permitiría que por ejemplo en zonas productoras donde el arroz no esté protegido medioambientalmente se cultiven frutas u hortalizas como alcachofas, tomates o pimientos con el añadido de estar incentivados por una ayuda. Sin duda nuestras zonas productoras se podrían ver afectadas por esta nueva competencia interna que llevaría a la desaparición de un gran número de productores o al cambio de cultivo», afirma Brusca.
LA UNIÓ-COAG insta al Ministerio de Agricultura a que frene de forma urgente este grave atropello a la agricultura mediterránea, ya que una reforma de la PAC que en principio no afectaba a la OCM de Frutas y Hortalizas va a suponer un grave perjuicio económico por la competencia desleal que provoca la concesión de ayudas a productores que cultivarán frutas y hortalizas, mientras que los productores tradicionales no las percibirán, con la distorsión que esto provocará en los mercados. Además, LA UNIÓ considera que este cambio choca frontalmente con la filosofía de la actual OCM de frutas y hortalizas que aboga por la concentración de la oferta.
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