UPA-A denuncia los efectos que está provocando la enfermedad de la ‘seca’ en las dehesas andaluzas

Nota de UPA-Andalucía En los años 80 saltó la alarma en España y Portugal por la incidencia y rápida extensión de un síndrome de decaimiento, más grave en el sudoeste peninsular -principalmente en Andalucía, Extremadura y ambas Castillas- y en el Alentejo y Algarbe portugués. El síndrome, provocado probablemente por una combinación de alteraciones climáticas y la acción de insectos defoliadores, afecta principalmente a encinas y alcornoques, árboles que proporcionan corcho, bellota y leña, y forman parte de las dehesas de buena parte del Andévalo y la Sierra de Huelva. UPA-Andalucía ha denunciado las graves repercusiones económicas que está provocando esta enfermedad. Cuantificar las pérdidas económicas no es tarea fácil, pero sólo en el sector porcino de Huelva, podrían alcanzar 20 millones de euros al año, debido a la no ingesta de las bellotas por los cerdos.

Las producciones forestales de la dehesa son de calidad, y entre ellas se encuentran la leña procedente de las podas, así como el corcho, que aumenta su valor cada año, sin olvidar los productos del cerdo ibérico, apícolas (miel, polen y cera) y otros muchos como hongos, setas, espárragos e hierbas aromáticas que, tras el auge de los productos naturales y ecológicos, tendrían un valor incalculable. Otro sector en alza en las dehesas es la caza, que aporta importantes beneficios económicos directos (valor de las piezas) e indirectos (turismo, cotos, asociaciones, industria asociada…). UPA-A lanza una señal de alarma y advierte que estas actividades y productos, con todos los sectores que derivan de ellas, podrían desaparecer, con el consiguiente perjuicio económico. En este sentido hace un llamamiento urgente a las administraciones para que se decidan a emprender acciones y busquen fórmulas que eviten la desaparición de las dehesas.

Según recuerda UPA-A, la Seca de los Quercus es probablemente el problema fitosanitario de mayor envergadura en España, y por su gravedad, amenaza seriamente la persistencia de los ecosistemas forestales tan frágiles y de tanto potencial productivo como son las dehesas y alcornocales. Según diversos ensayos, realizados por la Universidad de Córdoba, esta enfermedad, que afecta a 22 de las 25 fincas evaluadas en la provincia de Huelva, produce la muerte del arbolado afectado en pocos años, y es un problema ampliamente extendido por la mayoría de las dehesas y montes de la provincia.

Algunos ayuntamientos como el de Campofrío (Huelva) viven el problema muy de cerca. El alcalde de esta localidad, José Julio González, afiliado a UPA-A, califica de “desastre ecológico” la incidencia de la seca que, según recuerda, se extiende por la Sierra de Huelva y el Andévalo, con poblaciones como Aracena, el propio Campofrío, Alosno o Puebla de Guzmán, que sufren ya repercusiones ambientales y económicas. De igual modo, denuncia que esta enfermedad tiene graves repercusiones sobre el paisaje, la producción del ibérico y el turismo rural, sector este último que se había convertido en una esperanza de crecimiento para muchas localidades onubenses, especialmente aquellas que han sufrido la desaparición de las actividades mineras.

“Las administraciones tienen que invertir más dinero en investigar posibles soluciones frente al fenómeno de la seca y, mientras tanto, es necesario extremar las medidas de precaución para evitar que los árboles enfermos terminen contagiando a los sanos. Es vital que se trate adecuadamente la dehesa, y apostar por la formación del agricultor y del ganadero para que puedan actuar eficazmente en las fincas”, explica José Julio González, quien demanda además máxima precaución en las reforestaciones para que se planten ejemplares resistentes a la enfermedad y se desechen los dañados.

UPA-A

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