UPA-A pide al MAPA un Plan de Viabilidad para la remolacha y apoyo a los cultivos energéticos

Nota de UPA-Andalucía
UPA-Andalucía prevé un abandono masivo de la inmensa mayoría de explotaciones familiares remolacheras localizadas en el Bajo Guadalquivir, tras la decisión de la Comisión Europea de aumentar los incentivos al sector encaminados a agilizar la reestructuración decretada ya en la reforma de 2004. Concretamente, Bruselas propone ahora elevar las ayudas para los remolacheros que abandonen el sector hasta los 300 € por tonelada de cuota de azúcar que se deje de producir. Andalucía pierde así definitivamente esta batalla, en beneficio de las grandes explotaciones de carácter industrial del Norte de Europa, ámbito del que procede la Eurocomisaria de Agricultura que ha abanderado esta reforma, la austríaca Mariann Fischer Böel. UPA-A lamenta que haya tenido que ser Bruselas quien decrete la reestructuración y condene a la práctica desaparición del cultivo andaluz, cuando el sector tuvo hace un año en sus manos la oportunidad de regularse para que sólo abandonara el 50% de los profesionales. UPA-A cree que detrás de esta sinrazón han jugado los intereses de Ebro-Puleva, a quien interesaba aguantar con el mayor número de activos nacionales que le aseguraran cuota hasta la autorización de la importación sin aranceles (a partir de 2009) de azúcar para refinar. Asimismo, intereses políticos han pesado para evitar una salida masiva de agricultores en período electoral.

La propuesta de la Comisión recoge de una forma clara que el abandono de la producción de remolacha y por tanto de azúcar no supondrá, en cambio, la reducción de las necesidades de abastecimiento tradicionales de las refinerías. Esto significa que mientras en la UE se fomenta el abandono de la remolacha, se seguirá importando azúcar para refinado procedente de terceros países, en condiciones muy negativas para estas nacionalidades pobres.

En este contexto, UPA-Andalucía pide al Ministerio de Agricultura un apoyo claro para los cultivos energéticos como alternativa para los agricultores afectados por la reestructuración remolachero-azucarera. UPA-A atiende con preocupación que los incentivos que contempla la Administración no son suficientes para que los biocombustibles puedan ser protagonistas de esta diversificación. Así, la industria no asegura un precio adecuado para la rentabilidad del cultivo de la remolocha para la producción energética, al tiempo que exige una riqueza en azúcar de la remolacha que vaya destinada a biocombustible. UPA-A recuerda que sólo con precios justos para el productor e incentivos reales, Andalucía podría liderar la nueva era de las energías renovables, y España cumplir con sus compromisos rubricados en la Cumbre de kyoto.

UPA-Andalucía

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