La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA-Andalucía) ha alertado que este año la campaña de recolección de tomate de industria, que se desarrollará entre el 15 de julio y el 15 de septiembre, será la peor de los últimos años como consecuencia del ataque de la plaga de la heliothis, que mermará la cosecha en un 25%, con unas pérdidas económicas que superarán los 8,1 millones de Euros.
La prohibición por parte de la UE a partir de este año de materias activas como Tiodicarb y Metomilo, hasta ahora eficaces para controlar el ataque de los lepidópteros, ha dejado a los agricultores sin alternativas eficaces, lo que ha provocado que las plagas queden fuera de todo control y que el rendimiento medio de cada hectárea se reduzca desde los 78.109 kilos del pasado ejercicio de 2008 hasta las poco más de 58.582 previstos para la actual campaña de recolección estival.
Este año se han cultivado en Andalucía 5.248 hectáreas de tomate para industria, concentradas principalmente en la comarca del Bajo Guadalquivir a su paso por las provincias de Sevilla y Cádiz, que arrojarán una producción de 313,3 millones de kilos.
El tomate industrial se había perfilado como una de las pocas alternativas agrarias en esta zona frente a otros cultivos industriales, como el algodón y la remolacha, que resultaron drásticamente limitados como consecuencia de las últimas reformas comunitarias.
En este contexto, UPA-Andalucía pide a las Administraciones que muestren sensibilidad para asegurar la viabilidad del tomate industrial en el futuro, al tratarse de un cultivo eminentemente social y única alternativa que está quedando para los agricultores del Bajo Guadalquivir después de las últimas reformas comunitarias, por lo que reivindica además garantías de recursos hídricos para próximos ejercicios. Y es que, aunque este año, se ha salvado la situación, los productores han soportado fuertes restricciones durante los cuatro últimos años, lo que restringió a no más de 2.000 hectáreas el cultivo, a pesar del potencial que el “oro rojo del Bajo Guadalquivir” tiene, con la consiguiente pérdida de ingresos y empleo.
UPA-Andalucía advierte que la producción de tomate industrial corre un serio peligro si no se le apoya en su justa medida, a pesar de que en muy poco tiempo ha permitido la generación de 1,5 millones de jornales y la eclosión de un entramado agroindustrial conformado por cuatro factorías transformadoras. Asimismo, el sector ha movilizado una fuerte inversión de más de 70 millones de euros en los últimos años.
Los agricultores se quedan sin plaguicidas eficaces
Los agricultores andaluces se enfrentan a un grave problema porque la UE podría prohibir hasta el 82% de todos los plaguicidas a largo plazo, sin dar alternativas ni realizar análisis de impacto alguno. Además del tomate industrial, el algodón, la remolacha y los cultivos hortícolas son algunos de los cultivos más afectados por la prohibición de sustancias activas que provocarán la caída en picado de las cosechas.
UPA-Andalucía se muestra a favor de limitar siempre todas aquellas sustancias que puedan provocar residuos dañinos para el medio ambiente o el consumidor, pero recuerda a las autoridades que son responsables de asegurar alternativas viables frente a las materias activas prohibidas. En la mayoría de los casos, las sustancias ilegalizadas no provocan ningún riesgo para la seguridad alimentaria, siempre bajo un uso responsable y profesional, lo que se ha demostrado después de años de coexistencia “pacífica”.
UPA Andalucía
Estimados señores, el ingeniero Miguel Carangui Carabajo, entomológo, laureado ya, por sus resultados en el control biológico de las plagas en cultivos como la caña de azúcar en donde a más de otras plagas e inceptos pudo controlar al barrenador de la caña de azúcar (Diatraea saccharalis Fabr.) con un éxito muy notable.
Creo que el ing. Carangui puede solucionar sus problemas con estas plagas en sus tomatales.