Nota de UPA
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Castilla-La Mancha ha denunciado los abusivos márgenes comerciales que los ciudadanos tienen que pagar por los alimentos. En algunos casos los precios pagados a los agricultores son tan bajos que ni siquiera cubren los costes de producción, mientras que los consumidores tienen que pagar precios tres, cuatro o hasta diez veces superiores a los de producción. Así ha ocurrido con las recientes crisis de los sectores cunícola o avícola, o el extremo de las cebollas que se están pagando entre 0 y 6 pesetas el kilo al agricultor, mientras se venden al consumidor a un precio que oscila entre las 60 y las 125 pesetas/kilo. "Este año sólo he podido vender el 20% de la producción de cebollas a un precio irrisorio y luego veo que en los supermercados que las están vendiendo diez o veinte veces más caras". Juan Sánchez, agricultor de El Salobral, destruyó la mayor parte de su cosecha de cebollas hace diez días pasándoles el tractor por encima, ante la imposibilidad de darle salida en el mercado.
Para evitar que los consumidores y agricultores sigan siendo perjudicados por los altos márgenes comerciales, UPA constituyó esta semana pasada la Plataforma Social de Precios, junto con la Unión de Consumidores de España, UGT, Confederación de Vecinos de España y otras organizaciones, que se ha comprometido a trabajar en común para conseguir los siguientes objetivos:
Favorecer una mayor y más amplia información y comunicación sobre los procesos de formación de precios, desde el origen hasta el consumo, porque los mercados para ser creíbles deben ser transparentes, justo lo contrario de lo que sucede en la actualidad.
Instar al desarrollo de una competencia real que nos acerque más al concepto de democracia económica que al de concentración de poder económico, que siempre actúa en contra de los intereses generales de los consumidores y los productores.
Demandar un papel más activo del Estado para garantizar no sólo la transparencia del mercado sino una verdadera competencia en los sectores de intermediación comercial.
Facilitar vías de comunicación con los diferentes escalones en el proceso de distribución comercial o transformación industrial de los alimentos –cuyos intereses en muchas ocasiones están también enfrentados entre sí– para contribuir entre todos a una transparencia real en los mercados.
Conseguir, sobre estos principios, que siempre sean compatibles los intereses de los productores en el inicio de la cadena y de los consumidores en el final para garantizar que el recorrido entre uno a otro extremo no se produzcan alteraciones injustificadas de los precios.
UPA