UPA-Cádiz denuncia que el cierre de la factoría de Ebro-Puleva condena a las pequeñas explotaciones

Remitido por UPA:

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Cádiz considera «intolerable» e «injustificado» que finalmente se hayan confirmado los rumores que apuntaban a que Ebro-Puleva proyectaba el cierre de su filial gaditana, Lactimilk. Y todo, cuando hace tan sólo un año prometía inversiones millonarias para reflotar esta factoría. UPA-Cádiz lamenta que, una vez más, una empresa que opera en régimen de cuasi monopolio logre engañar a Administraciones Públicas, acaparando subvenciones; a los trabajadores, con compromisos falsos; y a los ganaderos, puesto que la dirección de la empresa no se ha dignado ni siquiera a informar de este cierre sumiéndoles en la más profunda de las incertidumbres. UPA-Cádiz quiere mostrar su solidaridad con los 70 trabajadores de Lactimilk y apoya las movilizaciones convocadas por el Comité de Empresa para próximos días. De igual forma, UPA-Cádiz, pedirá a Consejería de Empleo de la Junta, Ayuntamiento de Jerez y Gobierno central que impidan el cierre, puesto que esta Comarca no se puede permitir perder este tejido productivo ni una medida tan traumática.

Asimismo, UPA-Cádiz informa que la intención de la compañía es trasladar su operativa de Jerez a Sevilla, pero obligará a los ganaderos gaditanos a realizar nuevas inversiones en tanques para aumentar la capacidad de almacenaje de la leche, sin tener asegurada una mejora en el precio de la leche entregada. Muchos pequeños y medianos ganaderos no podrán hacer frente a estos nuevos costes, puesto que el sector se encuentra sumido en una crisis de rentabilidad y en proceso de dura reconversión. Ebro-Puleva quiere hacer negocio, una vez más, a costa de la agonía de los ganaderos.

UPA-Cádiz ha recordado, además, los abusos a los que compañías lácteas como Ebro-Puleva o Danone han sometido a los ganaderos de la comarca de Jerez, en su sospecha de que han concertando a la baja los precios pagados a los profesionales, unilateralmente, para mantener así una política agresiva e ilegal de venta a pérdidas a las grandes plataformas de distribución. De hecho, en el último año, se ha bajado el precio del litro de leche en tres de las antiguas pesetas, hasta situar la cotización en un suelo inaudito de tan sólo 0,30 euros (50 pesetas). Esta estrategia se ha mantenido a costa de los ganaderos, que han visto peligrar sus cuentas de resultados, contribuyendo a aumentar la agonía de un sector en crisis de supervivencia tanto en Cádiz como en Andalucía —en la campaña 2003/2004 han desaparecido en Andalucía, respecto a la campaña anterior, 167 explotaciones de ganado vacuno lechero y 407 respecto al ejercicio 2001/2002—.

Crisis de rentabilidad

La situación del sector lácteo andaluz en general, y gaditano en particular, no es nada halagüeña. Mientras que el precio de venta de leche se mantiene bajo mínimos, los costes totales de producción han aumentado un 21% en el periodo 2001-2004, como consecuencia del incremento de precios de inputs básicos como combustibles y piensos.

Para la campaña 2000/2001, para que una explotación empezara a dar beneficios, necesitaba producir 238.000 kg de leche al año, unas 40 vacas. En la campaña 2003/2004 el umbral de rentabilidad se sitúa en los 480.000 kg o, lo que ese lo mismo, 60 vacas. Con estos datos, las explotaciones lácteas con menos de 65 vacas no llegan a obtener beneficios si sólo cuentan con ingresos procedentes de la venta de leche, lo que está provocando una dura reconversión por el extremo más débil: las pequeñas y medianas empresas ganaderas de carácter eminentemente familiar.

Cádiz cuenta con cerca de 300 explotaciones de vacuno de leche y 14.000 vacas de ordeño, con una producción de alrededor de 104.000 toneladas. Ocupa el tercer puesto en el ranking andaluz, sólo superada por Córdoba (con el 43,25%) y Sevilla.

UPA-Cádiz

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