Upa convocará una movilización general en el campo español si Aznar no veta el acuerdo Franco-Alemán

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), emplaza al presidente de gobierno español a vetar cualquier acuerdo de la Cumbre de Jefes de Estado de la UE que coincida con el pacto previo entre Schröeder y Chirac. Las consecuencias de dicho pacto, cuyo contenido se basa en congelar los fondos europeos (PAC y fondos estructurales) para paliar el coste de la ampliación serían dramáticas para nuestro campo y agricultores. Un posible consentimiento del gobierno español ante la propuesta franco-alemana tendría como contestación una dura y enérgica respuesta por parte de UPA a través de una movilización general de todos los agricultores y ganaderos.

El pacto conseguido anoche entre el presidente francés y el canciller alemán destruye por completo el camino seguido hasta ahora para lograr un fortalecimiento de la construcción europea en el seno de la UE. La PAC, como principal política europea, cuyos objetivos se basan en el mantenimiento de un tejido social en el medio rural, garantizar la producción de alimentos de calidad y una gestión sostenible del territorio se quedaría totalmente debilitada. Con la reducción presupuestaria en los gastos agrícolas se conseguiría la desaparición de miles de pequeñas y medianas explotaciones familiares en nuestro país, ya que sólo tendrían asegurado su futuro las grandes explotaciones por sus altos márgenes económicos. También quedaría anulada la política de cohesión comunitaria, que tanto esfuerzos costó lograr a finales de la década de los 80 con el reforzamiento de los fondos estructurales, y que aunque con deficiencias, constituye un pilar básico y primordial en la construcción europea.

La pretensión de financiar la ampliación de la UE a costa de la congelación de los fondos europeos actuales, implicaría que los más desfavorecidos (agricultura familiar) de los países más pobres en la actual UE (países del Sur) serían los que costeasen los esfuerzos financieros de dicha ampliación. Sin embargo, a otros, como Alemania le saldría prácticamente gratis además de ser el país más beneficiado tanto política como económicamente. La agricultura francesa también saldría favorecida en el previsible futuro escenario ya que podría adueñarse del mercado interno de la UE al poseer una gran ventaja comparativa en sus márgenes de rentabilidad productivos frente al resto de países, volcando de esta manera su vocación netamente exportadora al mercado interior europeo.

La pretensión de financiar la PAC pasando de 15 a 25 países en la UE, más las futuras adhesiones de Rumania y Bulgaria, ocasionaría que con los 45.500 millones de euros se pasaría de apoyar a 6,7 millones de agricultores en la actual UE-15 a 15,7 millones en la UE ampliada. En cuanto a superficie agraria las actuales 130 millones de hectáreas se verían incrementadas en otros 60 millones. Ante estas cifras es imposible realizar una ampliación, cuyo proceso apoyamos desde UPA, si no se reforma el sistema de contribuciones al presupuesto europeo. De no ser así, la ampliación terminará financiándose con una solidaridad entre pobres, que alejará aún más el objetivo de la cohesión, fundamental en el proceso de construcción europea. UPA reclama por tanto un incremento de la aportación actual del 1,27 % de PNB hasta un porcentaje que permita asumir los gastos de dicha ampliación en el seno de una UE que garantice una equidad social y equilibrio territorial acorde a los principios de las políticas de cohesión.

No es posible construir más Europa con el mismo presupuesto. Si se compara el presupuesto de la UE con el presupuesto Federal de EE.UU. significa que nosotros queremos convertirnos en una gran potencia mundial con un presupuesto del 1,27 del Producto Naciona Bruto (PNB) mientras que nuestro referente americano destina el 20% de su PNB a los presupuestos federales. Mientras nuestros políticos no amplíen sus miras y entiendan que sólo es posible construir más Europa con más presupuesto que garantice políticas europeas comunes, no se podrá hablar de un verdadero proyecto europeo.

Para UPA resultan inaceptables las primeras declaraciones de la delegación española, encabezada por el presidente del gobierno, respecto a que repartir entre 25 lo que hoy se reparte entre 15 es “lógico porque si Francia, que también es un país agrícola, acepta la propuesta, también puede deducirse que es óptimo para nuestro país”. Estas declaraciones, que UPA considera que representan un supino desconocimiento de la agricultura española y de su situación respecto a la francesa, sientan además la máxima absurda de plantearse para qué se necesita un Ministerio de Agricultura en España cuando ya lo tiene Francia, que es el país con el que nos alineamos.

UPA

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