Nota de UPA
El Ministro de Agricultura presentó ayer el Libro Blanco de la Agricultura y el Desarrollo Rural cuyo procedimiento de elaboración es criticado desde UPA por la orientación netamente empresarial , la falta de contenido social en las jornadas celebradas para su elaboración y por no servir de base a normativas como la Ley de Arrendamientos o el borrador de anteproyecto de la Ley de Agricultura y Desarrollo Rural
UPA recuerda que el Ministro de Agricultura anunció al poco tiempo de la toma de posesión de su cargo los principales objetivos en la presente legislatura que ya finaliza, entre ellos figuraban la aprobación de diversas Leyes, de las cuales sobresalía por su importancia la Ley Básica de Agricultura y Desarrollo Rural. Como punto de partida y estrategia metodológica a emplear para formular la mencionada Ley, el MAPA planteó la elaboración de un Libro Blanco que constituyese un documento base de discusión y debate para el conjunto de la sociedad y en especial para todos los agentes sociales y económicos directamente implicados.
El anuncio de una Ley Básica de Agricultura y Desarrollo Rural fue en principio bien acogido por UPA dado que es necesario una regulación global con carácter nacional de todo lo concerniente con la actividad agraria y el medio rural, especialmente ante el nuevo contexto que se avecina con la reforma de la PAC, la ampliación de la UE y la progresiva liberalización del mercado mundial. También se apoyó por parte de UPA la iniciativa de la elaboración de un Libro Blanco como punto de partida para un debate en profundidad ante las futuras normativas a desarrollar.
Sin embargo, la metodología empleada para la elaboración del Libro Blanco, basada en jornadas monotemáticas y regionales no fue recibida de buen agrado en UPA; y no por su celebración, ya que cualquier tipo de debate abierto y relacionado con las diferentes cuestiones que afectan de lleno a la actividad agraria y al mundo rural siempre es conveniente, sino por el hecho de que con motivo de la realización de dichas jornadas, en las cuales fue más que notoria la participación de determinadas organizaciones sin representación institucional, con ponencias y ponentes en la mayoría de las ocasiones demasiado condicionados a un determinado modelo empresarial de la agricultura (modelo distinto al de la explotación familiar agraria), se suplía el necesario y obligado debate en profundidad con los auténticos representantes de los diversos sectores implicados (las organizaciones profesionales agrarias).
Además, otro de los motivos por los que UPA es crítica con el procedimiento seguido es por el hecho de que en las jornadas del Libro Blanco, el MAPA no llegó en ninguna de ellas a presentar documentos de trabajo ni a posicionarse directamente ante los diferentes temas tratados.
Lo más insólito de todo este proceso se basa en que la demora en la redacción de un anteproyecto de Ley Básica de Agricultura y Desarrollo Rural estaba motivado por la necesidad de tener previamente un Libro Blanco que como ya se ha mencionado, sirviese de base como documento de análisis y diagnóstico de la situación actual y previsión de futuro, para el necesario debate en la sociedad. Sin embargo, nos encontramos el pasado verano, que sin tener aún finalizado dicho Libro Blanco, y por tanto, sin haber comenzado el debate previsto, el MAPA elaboró un borrador de anteproyecto de Ley Básica. Más grave aún es la situación con la recientemente publicada Ley de Arrendamientos, instrumento de vital importancia para el sector agrario y cuyo contenido y filosofía debería venir marcada desde el análisis del Libro Blanco.
UPA