Remitido por UPA:
El secretario general federal de UPA, Lorenzo Ramos, subrayó que los márgenes comerciales actuales son «una vergüenza» y «un escándalo», los calificó como «robo a mano armada» y pidió una ley de márgenes comerciales similar a la francesa.
Según los datos que aportó la asociación agraria, el agricultor recibe cuatro céntimos de euro por un kilo de cebollas que el consumidor adquiere en el mercado a setenta céntimos de euro, lo que supone un incremento del 1750 por ciento.
Las patatas se pagan en origen a siete céntimos de euro y se compran a 0.90 céntimos de euro (casi un 1300 por ciento de subida) y las alcachofas se pagan a 15 céntimos y tienen un precio de mercado de 1,25 euros, lo que supone una subida del 833 por ciento.
«Las empresas de distribución, las grandes superficies y los intermediarios, que se están forrando a costa de agricultores y consumidores, están convirtiendo los artículos de primera necesidad en artículos de lujo», destacó Ramos, quien incidió en que «la zona de frutas y hortalizas» de los hipermercados parecen más un «club del gourmet» con precios abusivos y muy superiores a los de origen.
El secretario federal de UPA puntualizó que los agricultores de estos productos frescos no reciben ninguna ayuda de la Unión Europea y concretó que, además, estos artículos «salen» de las cooperativas y explotaciones «terminados y listos para venderse».
En este sentido, un incremento «razonable» sería duplicar el precio en origen por el transporte, pero, sin llegar a los extremos de productos como coliflores, naranjas, manzanas, ajo, repollo, limones, puerros, lechugas, zanahorias y tomates, que tienen una subida de entre el 500 y el 600 por ciento entre el precio de origen y de venta.
Lorenzo Ramos manifestó que «esto, el Gobierno no lo puede consentir» y explicó que «no queremos intervencionismo» sino un control de los márgenes.
Francia, por ejemplo, regula los márgenes comerciales y cuando el precio al consumidor «se dispara» respecto al pagado en origen «se obliga al etiquetado doble, en origen y destino».
UPA
Ante una agricultura tan frágil como la nuestra, es imprescindible que el Gobierno utilize sus neuronas para evitar la muerte de la agricultura profesional en favor a las grandes empresas agrarias que se esconden bajo el nombre de OPF y quitan el pan de los agricultores profesionales. Las ayudas comunitarias o nacionales solo benefician al que más tiene. Sin esos «parches» y con una política de márgenes comerciales bien pensada, los que vivimos de la agricultura, no tendríamos que mendigar, y podríamos vivir de nuestro trabajo. Por favor, no se duerman y no nos engañen más.