El secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, aseguró hoy en Madrid en conferencia de prensa para presentar un informe sobre la evolución de los precios del gasóleo que ‘los plazos ya han terminado’ y que el Gobierno debe pasar de la ‘palabrería a los hechos’. Ramos se refirió así a las declaraciones de la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, en las que apuntaba que la subida de los precios del gasóleo eran un hecho puntual y que no se había llegado a la situación de crisis del 2000, cuando el Gobierno y el sector llegaron a un acuerdo para paliar el incremento de precios.
En este sentido, el secretario general de UPA aseguró que, al mes de octubre, ya se ha llegado a un récord histórico de los precios del gasóleo superando los 52 céntimos de euro por litro de 2002. El precio está a más de 53 céntimos de euro, un incremento del 45 por ciento sobre el del mes de enero (37 céntimos), además, todavía no se ha repercutido la última subida del petróleo de este verano, ya que, explicó, tarda unos seis meses en reflejarse en los precios.
Recordó que en 2003 ya empezaron a subir los precios -por la influencia de la guerra contra Iraq- por lo que las pérdidas acumuladas en el sector agrario, que consume unos 4.500 millones de litros de gasóleo B suman, entre 2003 y hasta octubre de 2004, más de 189 millones de euros respecto al precio medio de 2002.
A esto habría que añadir que algunos de los productos que son necesarios para la actividad agraria son derivados del petróleo como los fertilizantes -el 40 por ciento de su coste depende de la situación de los hidrocarburos- y la subida media hasta la fecha es de un 20 por ciento sobre el mismo periodo del año anterior. Es decir, que si el sector agrario gasta unos 1.150 millones de euros al año en fertilizantes, habría que sumar ese aumento medio que supone un gasto adicional de 90 millones de euros.
Ramos hizo hincapié en que no están calculados las repercusiones que tendrán también en plásticos o propano -necesario para invernaderos o granjas-.
Lamentó que el agricultor no puede repercutir en los precios de sus productos este incremento de los precios del gasóleo -como si harán otros sectores afectados como el del transporte-, que además supone un 10 por ciento sobre el coste total de la explotación, por lo que la renta de los agricultores cae de forma estrepitosa.
El secretario general de UPA exige, ‘nos da igual si con el Ministerio de Agricultura o el de Economía’, que se cree una Mesa de Negociación por parte del Gobierno, porque ‘queremos respuestas’ y criticó que no haya habido ningún encuentro para abordar la crisis.
UPA plantea al Gobierno la reducción del impuesto especial para el gasóleo B (con destino agrícola) hasta el máximo permitido por la Unión Europea y destaca que el Ejecutivo recaudará, por la subida de los precios, unos 250 millones de euros con los que no contaba, por lo que pide ‘la devolución de esos beneficios’ al sector.
También reclama reducir o eliminar el impuesto sobre ventas minoristas de determinados hidrocarburos al gasóleo agrícola; que el IVA se reduzca del 16 al 7 por ciento, por ser un impuesto finalista afecta al impuesto especial y al minorista, es decir, de doble tributación.
Upa