UPA pide a Rato que no culpe a los agricultores y ganaderos de la inflación

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), ha expresado su «profunda indignación» ante las declaraciones efectuadas por el ministro de economía, Rodrigo Rato, que acusa a «las vacas locas» y a los productos alimentarios frescos como frutas, verduras y huevos de ser responsables directos de la brutal subida del IPC, señalando que los culpables de la inflación galopante son los agricultores y ganaderos.

Los productos agrarios y ganaderos en origen (leche, carnes, frutas frescas, verduras, huevos…) han experimentado un descenso generalizado de los precios en el último año, mientras que los consumidores han pagado un 5,1 % más en los mercados de destino.

Los ganaderos aún no se han recuperado de la crisis económica de la que se van a cumplir ahora dos años. Los precios de la carne de vacuno percibidos en origen aún siguen siendo un 2% más bajos que antes de la crisis. Por productos, el precio del pollo en origen, antiguo culpable de todos los males de la inflación ha descendido un 12,5 % en el último año, mientras que en octubre cayó casi un 10%. Los huevos han bajado su precio entre un 4 y un 5%; la carne de conejo ha disminuido en un año el 24,5%; la carne de cerdo disminuyó su precio en octubre en 4,3 % mientras que en los últimos 12 meses fue del 14%; el precio de los corderos se incrementó ligeramente en octubre en un 0,6%, sin embargo durante el último año ha experimentado una caída del 20,5%; la leche también disminuye su precio en origen en un 4,6%, mientras que el aceite de oliva en octubre cayó su precio en un 3% y en los últimos 12 meses el descenso alcanzó el 11,2%; el trigo panificable que influye en el precio final del pan disminuyó en octubre casi un 1% y durante el último año bajó un 10,3%.

Para UPA resulta evidente que los responsables de la inflación de los alimentos son los grandes monopolios de la distribución comercial que se han visto favorecidos por la actual política económica del gobierno. Esas políticas han fomentado la concentración de las grandes empresas agroalimentarias que comercializan tanto los productos frescos como transformados y controlan absolutamente los mercados de consumo y los precios en una situación cuasi monopolística, además de favorecer con esta dinámica la presencia cada vez más evidente de especuladores e intermediarios.

Según UPA, de la misma forma las medidas «económicas liberalizadoras» en sectores como el de carburantes o medios de producción (semillas, fertilizantes) ha originado oligopolios donde la competencia brilla por su ausencia y ha provocado incrementos espectaculares en los precios del gasóleo o los fertilizantes para el sector agrario que ha visto como sus costes de producción se han elevado de forma considerable sin poder repercutir dichos costes en el precio de sus productos.

UPA

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