Nota de UPA
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) denuncia la actitud de ciertos representantes de la transformación y comercialización de la carne, que están obstaculizando el proceso de puesta en marcha del etiquetado de la carne de vacuno que debería estar vigente desde hace casi dos años.
En efecto, la normativa comunitaria establecida a raíz de la crisis de las vacas locas recoge que desde enero de 2002 debería aparecer en la etiqueta de la carne informaciones tales como el lugar de nacimiento, engorde y sacrificio del animal del que procede la pieza que se vende, cosa que no se está cumpliendo en la actualidad.
En la reunión celebrada la semana pasada sobre este particular asistimos una vez más a un intento de retrasar el proceso por parte de ciertos agentes de la cadena cárnica. Además, pretenden falsear la realidad a través del etiquetado utilizando denominaciones que no corresponden a la realidad ganadera. En este sentido, proponen llamar “ternero” o “ternera” a los animales machos o hembras menores de 14 meses, cuando siempre se ha referido con dicha terminología a aquellos de edad inferior a doce meses como contraposición al añojo que, como su propio nombre indica, se refiere a los animales mayores de un año.
Este aspecto que a simple vista puede parecer irrelevante tiene una importancia fundamental desde el punto de vista comercial. Por un lado, supone un engaño para el consumidor y por otro lado, a partir del año de edad hay que retirar a todos los bovinos el espinazo, coste que se imputa al ganadero y además la cotización disminuye. En definitiva, quieren bajar el precio a los productores a través de una denominación comercial.
Desde UPA, reivindicamos por tanto que lo que se paga a un productor a un determinado precio no se revalorice a lo largo de la cadena de manera gratuita en función de una denominación arbitraria, perjudicando de este modo a los productores y también a los consumidores y enriqueciendo a los eslabones intermedios de la cadena.
Ante esta situación, UPA llama a la responsabilidad a los distintos agentes que intervienen en la cadena cárnica y exige al Ministerio de Agricultura que etiquete la carne de vacuno de forma inmediata conforme a la normativa comunitaria para dar garantías a los consumidores. Además, este etiquetado tan exhaustivo permitirá en un futuro, en caso de detectarse alguna partida con problemas sanitarios, identificar a los distintos agentes causantes del mismo y no culpabilizar a todo un sector de los abusos cometidos por unos cuantos.
Es evidente, que la nueva normativa de etiquetado publicada al calor de la crisis de la EEB es realmente exigente pero un tema de salud pública no requiere menos atención. Los ganaderos hemos hecho nuestro trabajo en este sentido con mucho tesón y esfuerzo, identificando animal por animal y entendemos que esa trazabilidad debe ser continuada hasta llegar al consumidor. Por consiguiente, los sectores encargados de la transformación y comercialización de la carne deben hacer con premura sus deberes de forma correcta al igual que ha hecho el sector productor.
Cuando estamos a punto de que se cumplan 3 años de la aparición de la EEB en nuestro país, la UPA como representante legal de los ganaderos de vacuno españoles, exige la puesta en marcha inmediata del etiquetado de carne de vacuno que garantice la trazabilidad a lo largo de la cadena para que no se nos culpe nunca más de aquello en lo que no tuvimos responsabilidad alguna
UPA