La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), ha remitido sendas cartas al Comisario de Agricultura, Franz Fischler y al Ministro de Agricultura Miguel Arias Cañete, para que apoyen con claridad y contundencia la aprobación de un nuevo reglamento sobre el fomento del cultivo en toda la Unión Europea y particularmente en España de leguminosas grano, oleaginosas y proteaginosas en tierras de retirada, para la alimentación animal.
La crisis de las vacas locas motivó la prohibición total de la utilización de harinas animales, que contó con el apoyo absoluto de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, como una de las principales medidas para la erradicación de dicha enfermedad.
Para UPA, esta prohibición ha puesto de manifiesto la necesidad de una política clara de fomento de las proteínas vegetales, que disminuya los problemas de autoabastecimiento que sufre en la actualidad la Unión Europea y España en particular.
En este sentido y como ya puso de manifiesto UPA en ocasiones anteriores, consideramos inadmisibles las propuestas de la Comisión Europea sobre este tema, centradas únicamente en el aumento de las importaciones de soja, y con el objetivo de mantener la neutralidad presupuestaria.
Con estos antecedentes, el Consejo de Agricultura de la Unión Europea del mes de abril de 2001, aprobó un reglamento en el que como única medida de apoyo, se establecía la posibilidad de sembrar leguminosas forrajeras en tierras de retirada ecológicas.
Siguiendo ese criterio de neutralidad presupuestaria, desde UPA consideramos necesario la introducción de nuevas modificaciones que den el impulso definitivo al desarrollo óptimo de estos cultivos, y solucionen el problema estructural europeo en cuanto a la producción de proteína vegetal. Por este motivo desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos estimamos oportuno que se permita el cultivo de leguminosas grano, oleaginosas y proteaginosas en tierras de retirada, para la alimentación animal.
Para UPA, con esta medida, el presupuesto comunitario no se ve alterado, ya que estas superficies seguirían cobrando el pago por retirada exclusivamente, y el agricultor dispondría de las cosechas como un pequeño soporte de su renta, a la vez que se conseguirían claros beneficios ambientales mediante el cultivo de las leguminosas, como son la fijación de nitrógeno, aporte de materia orgánica, disminución de la erosión de los suelos en barbecho o mejora de la estructura del suelo.
UPA