UPA rechaza las críticas a los agricultores europeos y a la PAC

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), quiere mostrar su más profundo rechazo y malestar a las críticas que están recibiendo los agricultores europeos por parte de otros países miembros de la OMC, así como de organizaciones no gubernamentales que injustificadamente insisten en afirmar que el fracaso de la Ronda de Doha es por culpa de la agricultura de la UE a la que se hace responsable de no alcanzar un acuerdo perjudicando así a los Países en Desarrollo y los PMA (Países Menos Avanzados).

UPA recuerda que como consecuencia de las últimas reformas de la Política Agrícola Común (PAC) de la UE, el apoyo a las exportaciones netas agrícolas de la UE se ha visto reducido sustancialmente en los últimos años. Además, la UE es el mayor importador de productos agrícolas (por sí sola importa más que EE.UU., Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Japón juntos), procediendo sus importaciones principalmente de África y de los países Latino Americanos.

Por otra parte, la UE proporciona un libre acceso de aduanas a los productos de los 49 países más pobres, excepto para armas y munición (acuerdo “Todo Menos las Armas”), y un Sistema de Preferencias Generalizadas a un total de 178 Países en Desarrollo.

Asimismo, en la última reforma de la PAC de junio de 2003, el sistema de ayudas a los agricultores de la UE se ha visto modificado en gran medida con la aplicación del desacoplamiento en los cultivos reformados, conllevando un descenso de precios de los productos agrarios y que gran parte de las ayudas de la UE pasen a estar en la “Caja Verde” por lo que no distorsionan el mercado de acuerdo con los criterios aceptados en la OMC.

UPA recuerda que dicha reforma fue presentada por la Comisión y los Estados Miembros a los agricultores europeos como el esfuerzo necesario para acudir a Hong Kong habiendo atendido las exigencias necesarias para alcanzar un acuerdo en la Ronda de Desarrollo de la OMC, siendo dicha reforma una actuación voluntaria de la UE que no fue correspondida con reformas o concesiones voluntarias similares por parte del resto de países desarrollados de la OMC.

Antes al contrario, hay que señalar que mientras la UE reformaba su agricultura, disminuyendo los precios y el apoyo interno, modificando sus ayudas para que estas no distorsionaran el comercio y reduciendo los apoyos a las exportaciones, EEUU caminaba en sentido contrario aprobando una nueva “Farm Bill” que aumentaba el presupuesto dedicado a apoyar a sus agricultores y las ayudas a la exportación.

A todo lo anterior hay que añadir que los agricultores europeos han visto incrementados sus costes de producción, sin posibilidad de repercutir los mismos en el precio de venta de sus productos, tanto por el incremento de precio de inputs como por los gastos derivados de atender las demandas y exigencias de los consumidores en relación con asuntos como la calidad de los productos agrarios y agroalimentarios, la trazabilidad y la seguridad alimentaria; medidas que no han sido requeridas a producciones de países terceros.

Para UPA llama poderosamente la atención que, más allá de las críticas (obviamente interesadas) que se vierten sobre la PAC por parte de multinacionales con intereses en países en desarrollo o de países con fuerte vocación exportadora (algunos de los cuales no parecen tener la misma vocación de acometer las diferencias sociales existentes en su territorio), algunas de las críticas más duras se realicen desde dentro de la UE y no siempre por quienes se han preocupado de conocer y entender la PAC, su funcionamiento y su reciente evolución en los últimos 10-15 años.

Finalmente en lo que se refiere a los fondos dedicados a la agricultura por la UE (cada vez más reducidos y que hoy no alcanzan el 40% del presupuesto de la UE) es necesario hacer constar que la PAC es la única política común de la UE y como tal tiene su reflejo en el presupuesto comunitario, y no así otros sectores que tienen sus presupuestos nacionales. A este respecto reclamamos a quienes critican el volumen de dichos fondos que realicen el ejercicio de comprobar cuanto representan dichos fondos con respecto al PIB comunitario y que, a continuación, hagan lo propio con la suma de fondos que los Estados Miembros dedican, por ejemplo, a las políticas de defensa y el peso que representa en el PIB comunitario.

Por último, UPA lamenta que no se haya producido un acuerdo en la Ronda de Doha, tras los sacrificios realizados por la agricultura europea y los recortes producidos en la PAC que al final son irreversibles y no han servido para culminar con éxito las negociaciones de la OMC, con el grave perjuicio que significa para todos los agricultores y ganaderos europeos y sobre todo para la agricultura familiar española.

UPA

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