La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), lamenta que los avances del Ministerio de Agricultura sobre las previsiones de cosechas lleguen tarde y mal y no se explica como a primeros de junio se publican unas previsiones de cosecha que no tienen en cuenta la mala evolución de la climatología del último mes. En el mes de mayo el MAPA se atrevió a publicar previsiones de cosecha a fecha del mes de marzo, cuando cualquiera que conozca medianamente la realidad climatológica y productiva de los secanos de España sabe que es imposible a esas fechas hacer una previsión de cosecha con un mínimo de rigor, y el problema es que todas estas previsiones sí que repercuten en el mercado y en este caso han afectado de forma muy negativa para los productores de cereales.
Según las estimaciones de UPA, la producción de cereales de invierno a estas fechas ronda los 15 millones de toneladas y no los 18 que inicialmente adelantó el MAPA. La ausencia generalizada de precipitaciones del mes de mayo y los fuertes calores han mermado considerablemente las cosechas. Las zonas menos afectadas han sido aquellas que estaban más avanzadas en su maduración: Andalucía parte de Extremadura y el sur de Castilla La Mancha. Frente a estas zonas, aquellas más tardías, con suelos más arenosos y aquellas donde en primavera ha llovido menos son las que más reducción de cosecha han experimentado; entre ellas se encuentran el sur del Duero, parte de la provincia de Soria y parte de Aragón.
Por otro lado, ahora que finaliza la campaña cerealista y comienzan las siegas del cereal en el sur es necesario analizar la evolución de precios. Comenzó la campaña con precios firmes, propios de una de las peores campañas de los últimos años, pero a partir de finales de año se hundió el mercado hasta situarlo en un nivel desconocido. En la actualidad la cebada cotiza en torno a las 18,50 pesetas por kilo y el trigo forrajero sobre las 21.
Ante esta situación UPA se pregunta cómo es posible que la campaña más corta de producción haya coincidido con los precios más bajos de los últimos años. La organización considera que son varias las razones que justificarían esta situación pero por encima de ellas, cabe señalar el record absoluto de importación de cereales que ha alcanzado España, récord que en gran medida ha estado potenciado y animado por el propio Ministerio de Agricultura, que ante una campaña corta, se ha dedicado a pregonar a los cuatro vientos que era necesario importar mucho cereal y ha forzado la apertura de transfers. El resultado no podía ser otro que el previsto, hundimiento generalizado de precios hasta unos niveles desconocidos. Pero la situación podría empeorar porque hay que recordar que aún faltan por entrar en España en torno a 500.000 Toneladas de centeno alemán, que si nadie lo impide inundarán el mercado nacional en los meses de julio y agosto, presionando a la baja los precios de los productos nacionales al inicio de la próxima campaña
UPA