La Conselleria de Medio Ambiente está llevando a cabo una línea de investigación tendente a la utilización de vegetación autóctona con el fin de fijar las motas de las acequias del Parque Natural de la Albufera y reforzarlas ante el efecto erosivo de las aguas y del cangrejo americano. Para la realización de estos trabajos, explica la directora general de Planificación y Gestión del Medio, Amparo Monrós, se ha contado con la colaboración de alumnos que realizan sus trabajos de prácticas o de fin de carrera, mediante un convenio de colaboración que la Conselleria de Medio Ambiente mantiene con la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad de Valencia . Estos trabajos, continúa Amparo Monrós, consisten en en la plantación de algunas motas con lirio de marjal en condiciones controladas y la designación de algunas zonas de control sin ningún tipo de vegetación, de tal forma que se pueda comparar experimentalmente la diferencia existente en la erosión entre las motas protegidas con lirios y las que carecen de cobertura vegetal. Según la directora general, los resultados que se obtengan, servirán para establecer criterios y directrices que se utilicen para proteger adecuadamente las motas de las distintas acequias de forma económica y ecológica. En concreto el lirio de marjal, lliri groc o (Iris pseudacorus), antaño muy abundante en la mayoría de las acequias de la Albufera, parece una especie especialmente apta para ser utilizada con este fin. Mientras que los trabajos realizados con obra dura acaban deteriorándose debido al efecto erosivo del agua y a la variabilidad de la presión lateral ejercida por la plasticidad de los suelos adyacentes, la fijación de motas mediante especies vegetales presenta la ventaja de que en caso de erosión se autoregeneran de forma natural. Las ventajas que presenta el lirio de marjal frente a otras especies palustres se basan en su sistema radicular más desarrollado, con mayor capacidad de fijación del suelo y la mayor tolerancia de los agricultores ante esta especie de porte bajo, frente a otras de mayor talla como el carrizo o la enea, lo cual resulta de interés debido a la costumbre de los agricultores de eliminar todo este tipo de vegetación que crece en los márgenes de las acequias mediante la pulverización con herbicidas. Aunque los efectos positivos del lirio de marjal en la fijación de las motas pueden verse con claridad en las acequias en las que todavía se encuentran, no existe un estudio que demuestre experimentalmente este efecto y que proporcione una serie de directrices para maximizar su implantación. Este es el motivo que ha llevado a la Conselleria a llevar a cabo este estudio. La Albufera: un laberinto de acequias. El intrincado sistema de acequias que abastece de agua y sirve de drenaje a huertos y arrozales necesita de un mantenimiento y unos cuidados constantes. Las crecidas y bajadas del nivel del agua producen una erosión continuada que afecta a los laterales del mismo o «motas». Tradicionalmente las operaciones para el mantenimiento de las acequias consistían en el dragado de las mismas depositando el material extraído en los laterales de estas, así como la eliminación regular de la vegetación palustre que al crecer podía llegar a invadir la zona de aguas abiertas del canal. Por otra parte, la introducción en las aguas de la Albufera del cangrejo americano (Procambarus clarkii) produce una modificación significativa a esta situación, ya que el carácter excavador de este, ocasiona gran cantidad de túneles y cavidades que eliminan la permeabilidad de las motas y facilitan el desmoronamiento y ensanchamiento progresivo de las mismas. Para intentar limitar los efectos negativos producidos por el cangrejo, comenzaron a reforzarse las motas mediante muros de hormigón, de tal manera que en pocos años estos llegaron a formar parte del paisaje del arrozal. Independientemente del impacto paisajístico que dichas estructuras de obra representan en el medio, la eliminación de los laterales y lechos de limos de las acequias reducen de manera drástica la importancia ecológica de las acequias ,ya que sobre estos lechos duros no puede implantarse la vegetación subacuática y palustre propia de estos lugares. Esto ocasiona el desplazamiento de la fauna invertebrada y piscícola asociada a los mismos, la cual a su vez, sirve de recurso trófico a numerosas especies de aves acuáticas. Ante los efectos negativos ocasionados por el uso de materiales como el hormigón en la fijación de las motas, la oficina del Parque Natural de la Albufera, ha puesto en marcha esta línea de investigación basada en la utilización de vegetación autóctona.
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