Durante la 26ª Feria Internacional del Vino de Londres celebrada la semana pasada, WWF/Adena presentó su informe ‘¿Corcho amenazado?’. En este documento se alerta sobre el futuro incierto de las tres cuartas partes de los alcornocales, que estarían seriamente amenazados a partir de 2015 si continúan las tendencias actuales en el mercado internacional del tapón. Más de dos millones de hectáreas de alcornocal correrían un enorme riesgo de abandono, cambio de usos, degradación e incendios forestales por el descenso en la producción de tapones de corcho. WWF/Adena trabaja con la industria vinícola para fomentar la elección de corcho frente a cualquier otro material artificial, como plástico o aluminio, cuya utilización está aumentando peligrosamente.
El informe de WWF/Adena “¿Corcho amenazado?” destaca que la supervivencia de los bosques de alcornoque depende en gran medida del mercado de los tapones de corcho para las botellas de vino. En el peor de los casos, los tapones de corcho podrían ser sustituidos en un 95% por tapones sintéticos en 2015, lo que produciría la pérdida de más de 62.000 puestos de trabajo en las regiones productoras. La supervivencia de muchas especies protegidas, como el lince ibérico, el ciervo de Berbería o el águila imperial ibérica, podría verse mucho más amenazada.
El escenario “menos negativo” prevé para el año 2020 una disminución del 44,7% en la producción de tapones de corcho respecto a 2005. Esto supondría que algo más de un millón de hectáreas actualmente productivas perderían interés para sus propietarios, dejarían de gestionarse, y podrían abandonarse o convertirse a otros usos. WWF/Adena alerta de que, en el mejor de los casos, los alcornocales sufrirán una grave crisis y que si no se actúa urgentemente, en los próximos años seremos testigos de la pérdida de un patrimonio natural y cultural irremplazable.
Raquel Gómez, Coordinadora del Programa Alcornocales de WWF/Adena, declaró: “para evitar la crisis económica y ambiental que supondría el descenso de la producción de tapones de corcho, es indispensable que el sector vinícola siga apostando por este material y que la industria corchera garantice la calidad de los tapones. La conservación de la riqueza de estos bosques depende de la existencia de un mercado corchero competitivo y saludable.
Los tapones de corcho son biodegradables, se pueden reciclar fácilmente, sustentan una economía sostenible tradicional muy arraigada en la región mediterránea y representan casi el 70% del valor total de la industria del corcho. Cada año se producen y venden a la industria vinícola más de 15.000 millones de tapones de corcho. A su vez, los alcornocales proporcionan un medio de vida a unas 100.000 personas en los países productores: España, Portugal, Argelia, Marruecos, Italia, Túnez y Francia.
La extracción de corcho es una actividad sostenible en la que no se tala un solo árbol, mientras que la producción de tapones sintéticos es ambientalmente dañina, consume mucha energía y depende de la industria del petróleo. Por eso, WWF/Adena lanzó en 2005 su Campaña “Corcho Sí. Alcornocales Vivos” para promover que las bodegas elijan corcho, conscientes de la contribución ambiental y social de su elección, y del beneficio que una imagen comprometida con la naturaleza puede reportarles
WWF/Adena