Según WWF/Adena, cada año unos diez mil millones de toneladas de agua son trasladados de un lado a otro del planeta en los depósitos de los grandes buques, ya que los navíos utilizan este líquido como lastre para ganar estabilidad. WWF/Adena alerta de que esta práctica es el punto de partida de un problema que amenaza seriamente tanto la salud humana como la biodiversidad del planeta.
No en vano, en el agua de lastre viajan y se transportan, como si fueran “polizones”, miles de especies marinas que acaban invadiendo hábitats que no les corresponden cuando se produce el vaciado de los tanques de los buques en los puertos. De esta forma, los invertebrados, larvas de peces, especies de plancton y todo tipo de agentes patógenos son liberados sin control en el mar causando daños al equilibrio ecológico de cada zona, a la riqueza de lo fondos y a los recursos pesqueros.
Un ejemplo claro de las consecuencias de este problema en España es la expansión del mejillón cebra (Dreissena polymorpha). Ésta se ha convertido en una especie de difícil erradicación, cuya presencia en nuestros cauces, como ocurre en el Ebro, puede conducir a la extinción a otro mejillón autóctono de río, Margaritifera auricularia. Cabe resaltar, que también desde el punto de vista económico el daño que está causando es de suma gravedad, ya que el mejillón cebra se reproduce rápidamente, tapiza el sustrato que encuentra a su paso y obtura todo tipo de conducciones, como las del agua potable, centrales hidroeléctricas, industrias, etc.
Asimismo, en el estuario del Gualquivir se han detectado cuatro especies exóticas probablemente introducidas por esta vía: el cangrejo chino (Eriocheir sinensis), el cangrejo americano (Rithropanopeus harisii), el llamado “piojo” (Synidotea laticauda) y una anémona (Haliplanella lineada).
“Las especies invasoras son uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la industria naviera”, apunta Simon Cripps, Director del programa de mares en peligro de WWF/Adena, y añade: “la Organización Marítima Internacional (OMI) debe tomar medidas urgentes para paliar el problema o seguirán apareciendo especies invasoras que pondrán en peligro la salud humana y la riqueza de hábitats enteros, tanto de agua dulce como de agua salada”.
Por esa razón, WWF/Adena pide que en la próxima reunión de la Organización Marítima Internacional (OMI), que tendrá lugar en Londres del 9 al 12 de febrero, se adopte un convenio estricto a nivel mundial que regule el tratamiento adecuado y de forma obligatoria del agua de lastre por parte de todos los navíos antes de ser liberada al mar. Aunque WWF/Adena lleva quince años con este problema en su agenda, aún no habido voluntad real para tomar ninguna medida práctica para solucionarlo.
WWF/Adena