WWF/Adena ha detectado por primera vez la presencia de retardantes de llama bromados PBDE en el pez espada (Xiphias gladius) de la costa italiana del Mediterráneo. Los PBDE (éteres bifenílicos polibromados) constituyen un grupo de retardantes de llama bromados muy persistentes y bioacumulativos que se halla en productos como los ordenadores, los televisores y las alfombras. A pesar de que la mayoría de aquellas sustancias químicas sintéticas han sido prohibidas por la Unión Europea, todavía se encuentran sus huellas en el pez espada del Mediterráneo. Según la organización mundial de conservación, esta nueva evidencia confirma la urgente necesidad de reforzar la legislación europea sobre sustancias químicas (REACH).
El estudio de WWF/Adena “La contaminación química en el Mediterráneo: El caso del pez espada”, que se hace público hoy, se llevó a cabo en colaboración con el Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Siena en Italia. Se analizaron 28 sustancias químicas sintéticas: los plaguicidas organoclorados DDT y HCB, así como los compuestos perfluorados PFOS y PFOA (utilizados en la producción de textiles, envases de alimentación y revestimientos antiadherentes) y los retardantes de llama bromados (19 tipos de compuestos PBDE), en 17 muestras del pez espada de la costa italiana. De estos 3 grupos de sustancias químicas se ha comprobado o se sospecha que interfieren el normal funcionamiento del sistema hormonal, asociándose esas alteraciones con fallos en la función neurológica, el comportamiento y la reproducción de los animales. Pertenecen pues a un variado grupo de substancias que se denominan alteradores o disruptores endocrinos.
Los organoclorados se detectaron en todas las muestras de pez espada y los retardantes de llama bromados en todas muestras menos en una. No se descubrieron PFOS ni PFOA. Siendo un gran predador, el pez espada se sitúa al final de la cadena alimenticia y, por ello, representa un buen indicador del nivel de contaminación química en el Mar Mediterráneo. Además de su valor ecológico, tiene un alto valor comercial ya que el pez espada se consume en muchos países mediterráneos.
Según la Dra. Eva Alessi, de WWF/Adena y coautora del estudio: “ El hecho de que los retardantes de llama bromados presentes en los televisores de nuestros hogares europeos hayan acabado en el pez espada, debería alarmar a los políticos de la Unión Europea y obligarlos a preguntarse qué está pasando y apoyar un tratamiento mucho más precautorio de las sustancias químicas; especialmente, para aquellas sustancias que interfieren con el sistema hormonal”.
El estudio demuestra que la legislación sobre sustancias químicas actualmente en vigor ha fracasado en proteger los ecosistemas mediterráneos de la amenaza que representan las sustancias químicas tóxicas. Muchas de estos productos químicos ya se han detectado en numerosas especies del Mediterráneo tales como los delfines, las ballenas, las aves y los peces.
El Dr. Silvano Focardi, Profesor en la Universidad de Siena y científico responsable del proyecto de investigación, advierte que los programas actuales de seguimiento y control principalmente toman en consideración las sustancias químicas tóxicas “antiguas” como los PCB (una clase de compuestos orgánicos clorados) e insistió: “No sabemos casi nada sobre la presencia y los efectos de sustancias químicas más modernas, tales como los retardantes de llama bromados, en el Mediterráneo y qué impacto tienen sobre los animales silvestres”.
Hoy día, las sustancias químicas sobre las que existe una preocupación creciente a menudo son detectadas sólo por casualidad. La legislación REACH resulta fundamental porque puede ser la solución a este problema.
Gracias a la nueva propuesta de legislación Europea sobre sustancias químicas REACH los productos químicos más peligrosos podrían ser identificados y eliminados gradualmente. No obstante, sólo ocurrirá así en el caso de que REACH resulte reforzada, incluyendo todas las sustancias químicas altamente preocupantes tales como los disruptores endocrinos. Ha llegado el momento de que los políticos europeos muestren la necesaria voluntad política para garantizar que la nueva legislación europea sobre productos químicos sea capaz de prevenir que el “Mare Nostrum” y todos los seres vivos que viven en él resulte aún más contaminado por sustancias químicas producidas por el hombre.
WWF/Adena