Esta evolución resulta incoherente con los escenarios de disponibilidad real de agua. Además de las campañas de concienciación, WWF/Adena pide más y mayores compromisos de los gobiernos municipales para ahorrar agua en las ciudades. La organización conservacionista propone, entre otras medidas, la aprobación de ordenanzas municipales para el uso racional del agua en los edificios, viviendas y jardines mediante la instalación de tecnologías ahorradoras.
El consumo doméstico de agua es de 167 litros/día/habitante en España. A ello se añade que el gasto de este recurso en las ciudades y, especialmente, en nuevas urbanizaciones está aumentando de forma continuada. A pesar de que el agua para las ciudades representa sólo el 15% del consumo en España (el 75% se destina a la agricultura), este incremento hace más vulnerables a los abastecimientos frente al riesgo de las sequías cíclicas y las tendencias del cambio climático, que prevén un descenso de hasta un 35% del agua disponible para el año 2060. WWF/Adena apoya las campañas de concienciación ciudadana a favor de una nueva cultura del uso del agua en las ciudades, pero critica la escasez de medidas nuevas y compromisos políticos para erradicar el despilfarro y promover el buen uso del agua mediante métodos más efectivos.
WWF/Adena propone a los ayuntamientos la aprobación de ordenanzas municipales aplicables a viviendas de nueva construcción, remodelaciones sujetas a permiso, empresas de servicios y edificios públicos con el objetivo de que instalen tecnología ahorradora en sus grifos, duchas e inodoros. Igualmente deberían regular el uso del agua para jardinería, limitando al máximo las superficies de césped y arbolado, promoviendo en cambio las plantas autóctonas o resistentes a la sequía (xero-jardinería mediterránea) y limitando el riego a los sistemas por goteo. Piscinas y jardines privados multiplican por cinco el consumo de agua por vivienda, y un campo de golf consume de media el equivalente a una ciudad de 15.000 habitantes. Finalmente, debería promoverse a través de las ordenanzas la utilización del agua reciclada para jardinería o industria.
La normativa urbanística debería tender cada vez más a la utilización de agua depurada, aprovechable mediante un doble circuito de tuberías. Este ‘agua gris’ podría depurarse dentro de las propias viviendas y destinarse a las cisternas de los inodoros, o bien podría proceder de las depuradoras municipales con el objetivo de sustituir riegos actuales; aunque WWF/Adena alerta de los riesgos de que las aguas depuradas constituyan una nueva oferta para ampliar los parques o jardines en detrimento del caudal ecológico de los ríos.
Existen ya suficientes antecedentes de propuestas y ordenanzas definitivas sobre el uso del agua municipal, desarrolladas por Calviá, Alcobendas, Getafe, Vitoria, Castro Urdiales y otros en proyecto como el del Ayuntamiento de Madrid que deberían ser tomados como referencia obligada. WWF/Adena recomienda también una mayor subvención de los sistemas de ahorro de agua, así como una correcta tarificación como incentivo para lograr la reducción del consumo del agua.
WWF/Adena