WWF/Adena se opone nuevamente al uso de veneno contra la plaga de topillos

En los últimos días la organización agraria UCCL-COAG afirma haber empezado a utilizar, por iniciativa propia, un nuevo rodenticida, la bromadiolona, para controlar las poblaciones de topillos en el sur de la Provincia de Valladolid. WWF/Adena se opone a esta iniciativa unilateral y considera que la distribución masiva de venenos supondría una nueva alteración grave del medio, que afectaría entre otras a aquellas especies predadoras que mejor pueden contribuir al control natural de estos roedores. Además el uso de estas sustancias puede incluso representar un riesgo para la población y para la actividad ganadera y cinegética, tal y como ha ocurrido con la clorofacinona utilizada en Tierra de Campos.

En este sentido WWF/Adena recuerda que sigue abierto el proceso por el uso de clorofacinona a raíz de la denuncia por delito contra la fauna y la salud pública interpuesta por distintas organizaciones ecologistas, como la propia WWF/Adena.

Diversas investigaciones demuestran que distintos tipos de plaguicidas, incluyendo los rodenticidas son poco selectivos y destruyen también la fauna predadora. Esto provoca efectos muy negativos a medio plazo, obligando a repetir regularmente los tratamientos tóxicos, con los consiguientes riesgos para la propia salud humana. Las fuentes que afirman ahora que la bromadiolona es inocua para otras especies distintas a los roedores, son las mismas que lo afirmaron en enero de la clorofacinona. Sin embargo esta sustancia provocó mortalidades masivas de palomas, además de matar otras aves y liebres, muchas de ellas especies que podían haber sido consumidas por la población local. Además, estudios llevados a cabo en Francia, demostraron que la bromadiolona, utilizada en campañas contra los topillos, causó la muerte de numerosos zorros y Águilas ratoneras.

Según Luis Suárez, responsable del programa de especies de WWF/Adena: “Entendemos perfectamente la preocupación de los agricultores y les apoyamos en su solicitud de medidas de compensación de daños, ayudas para seguros contra este tipo de plagas y para la aplicación de diferentes medidas de manejo agronómico contra los roedores”. Y finaliza: “Sin embargo estas medidas deben de ser respetuosas con el medio ambiente y, desde luego, no pasan por la utilización de venenos u otros productos químicos tóxicos”.

Para la organización ecologista resulta especialmente importante el favorecer una población alta y estable de predadores naturales, puesto que constituyen la mejor herramienta para combatir estas explosiones poblacionales de topillos. Considera, así mismo, que también deben establecerse medidas concretas que permitan controlar futuros repuntes de la plaga, como la aprobación y aplicación del plan regional de lucha contra el veneno, que favorecería la recuperación de especies predadoras como el milano real.

WWF/Adena

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