WWF: Las deudas que nos dejó el 2008 en la lucha contra el cambio climático

Los Jefes de Estado y de Gobierno europeos sólo se han comprometido de forma ambigua a alcanzar el objetivo de reducción de las emisiones del 30% en el 2020, objetivo por el que apostaban rotundamente hace un año. Además, el acuerdo permite que hasta los dos tercios del esfuerzo de reducción de emisiones, un nivel excesivamente alto, se realice mediante la compra de créditos de carbono de proyectos fuera de la Unión Europea. Se ha concedido prácticamente la total exención de la compra de derechos para el sector industrial europeo, que recibirán gratis los derechos por emitir. De este modo se pierde la oportunidad de materializar el principio de que “quien contamina paga” que además generaría fondos para financiar políticas de lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo y en Europa.

WWF considera que se han favorecido claramente a los intereses privados de las industrias contaminantes frente a la voluntad de los ciudadanos y ciudadanas europeas, las generaciones futuras y la situación dramática que viven millones de personas en todo el mundo.

La Unión Europea tampoco ha acordado establecer unos compromisos serios para financiar políticas de adaptación al cambio climático en los países en desarrollo, ni para reducir el incremento en sus emisiones. Las negociaciones de las Naciones Unidas necesitan urgentemente que la Unión Europea muestre su voluntad de contribuir en la parte que le corresponde a los costes causados por el cambio climático.

Balance de Poznan

En este sentido, la falta de voluntad de liderazgo por parte de la UE ha caracterizado la cumbre sobre el clima de Poznan donde los países en vías de desarrollo han llegado con muchas propuestas para avanzar en la búsqueda de puntos de compromiso que permitan aprobar un nuevo tratado heredero del Protocolo de Kioto.

EN Poznan, países como México, que anunció un objetivo de reducción de sus emisiones en un 50% para el 2050, Brasil que afirmó tener un plan ambicioso para frenar la deforestación de la Amazonía, o Ecuador, dispuesto a no extraer petróleo de su selva amazónica a cambio de ayudas para su preservación y el desarrollo sostenible de las poblaciones indígenas que la habitan, marcaron la nota constructiva que no recibió ningún tipo de respuesta por parte de los países desarrollados.

Al final la cumbre acabó con unos resultados mínimos como por ejemplo el desbloqueo del Fondo de Adaptación a los impactos del cambio climático para que los países más pobres pudieran acceder a él después de dos años sin poder utilizar los 50 millones de dólares que tiene acumulados. Teniendo en cuenta que las necesidades de financiación para proyectos de adaptación en los países menos favorecidos sobrepasan los 10.000 millones de euros anuales, lo que se aprobó en Poznan no es más que una gota en el mar, ya que los países ricos no fueron capaces de aprobar mecanismos adicionales para alimentar el Fondo de Adaptación. . Así lo recordó la delegación de Cuba en el cierre de la cumbre cuando afirmó que los tres huracanes que asolaron la isla este otoño causaron daños materiales por más de 4.000 millones de euros.

Así terminó la cumbre: los países en vías de desarrollo recordando que los impactos del cambio climático les están afectando dramáticamente a ellos, que tienen menos capacidad de adaptación, mientras que desde EEUU y Bruselas llegaban noticias de fondos de rescate para industrias contaminantes y causantes del cambio climático, como la automovilística, que en total llegaban a 7,3 billones de dólares y 200.000 millones de euros respectivamente.

Para que tenga éxito la próxima cumbre de Copenhagen, tendrá que haber una propuesta mucho más justa y equitativa para los países en vías de desarrollo y para el medio ambiente. Todas las oficinas de WWF en el mundo trabajaran durante el próximo año para cumplir estos objetivos.

WWF

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