La naranja lista para el consumo ha sido preparada en colaboración con los investigadores del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA) de Palma del Río, quienes han determinado las condiciones de elaboración y preparación para que la fruta no pierda sus cualidades una vez envasada. De este modo, el objetivo del estudio desarrollado durante más de un año ha sido mantener el sabor, el olor, la textura y el zumo de la fruta en parámetros iguales a los de la naranja recién cortada, y Zamora explicó: «Los resultados son bastante satisfactorios, la naranja pelada se mantiene en perfectas condiciones durante 15 o 16 días».
No obstante, la empresa inició el proyecto con el objetivo de comprobar si las naranjas se conservan durante 25 o 30 días, pero «a los 21 días pierden calidad y el sabor no es el mismo», afirmó Zamora tras la última prueba realizada esta semana.
El producto
Una vez concluido el estudio, Zamexfruit elaborará un dossier con los resultados del proyecto y espera realizar las primeras pruebas del producto en el mercado a partir de enero del 2008. En esta línea, Alvaro Zamora explicó que «puede funcionar porque hay amas de casa y niños que no comen la naranja casi por no pararse a pelarla». Así, aunque la empresa pretende dirigir este alimento a la restauración, los hospitales y los colegios en primer lugar, Alvaro Zamora aseguró que «queremos hacer una presentación del producto y estudiar los mercados en los que se puede introducir».
La variedades de naranja que mejores calidades han ofrecido en la conservación son la salustiana, «que ha dado un resultado perfecto», la lane late y la Valencia late, que también han ofrecido unas condiciones «bastante buenas». En esta línea, la naranja se comercializará previsiblemente entera, por unidades para el consumo de una sola persona y también en bandejas de cuatro a seis piezas para la familia. La caducidad del alimento hará necesario un buen canal de distribución, pero Alvaro Zamora aseveró: «Aparte del trabajo del pelado, que es manual, el resto del proceso sí es bastante fácil».
Los investigadores
El director del centro IFAPA de Palma del Río, Jesús Pérez, explicó: «Hemos pasado de no conocer el producto envasado a saber con certeza que puede aguantar sin que varíen sus propiedades organolécticas. Ésta es la clave más importante, que no se note la diferencia con el alimento fresco». Entre las condiciones de elaboración, el pelado manual juega un papel muy importante y previamente se realiza un escaldado para que la piel se desprenda con facilidad. Cuando la naranja está lista se desarrolla la atmósfera con una mezcla de dióxido de carbono, nitrógeno y oxígeno en una instalación que solo existe en el centro IFAPA de Palma del Río, según explicó Pérez. De este modo, el investigador aseguró que «en EEUU y Valencia también lo están intentando, pero los datos que han publicado son bastante inferiores a los nuestros».
En este sentido, Jesús Pérez aclaró que la naranja es una fruta muy delicada, y «una vez pelado sigue respirando, toma oxígeno y libera CO2, por lo que la permeabilidad del plástico que la envuelve también es un factor importante». Así, tanto el pelado sin dañar el fruto, como la atmósfera o la permeabilidad del envase hacen que el crecimiento microbiano sea nulo.
Junta de Andalucía