Seguramente si alguna vez hemos cultivado tomate, hayamos pasado por mal trago de tener cladosporiosis. Esta enfermedad viene provocada por el hongo Fulvia fulva y ha tenido una presencia importante a nivel nacional sobretodo en la zona de Almeria.
Este patógeno es exclusivamente específico ya que suele atacar únicamente al cultivo del tomate y se desarrolla en ambientes como invernaderos debido a su necesidad de altas temperaturas para evolucionar y la elevada humedad relativa.
Para identificar los síntomas de la cladosporiosis nos fijaremos en varios puntos:
- Existencia de manchas circulares blancas y amarillas en el haz de hojas más viejas.
- Desarrollo de masas conidias del hongo en el envés de color verde oliva
- También pueden verse síntomas en brotes, flores y frutos.
- Si la enfermedad está en estado avanzado se podrá distinguir claramente las áreas necrosadas que pueden llevar a la defoliación total de la planta
- Una consecuencia directa sobre el rendimiento es la reducción de este en alrededor de 43 t/ha en presencia del hongo.
¿Cómo la controlamos?
El control de la Cladosporiosis se basa principalmente en medidas preventivas tales como la ventilación del invernadero para disminuir la humedad relativa, eliminación de hojas infectadas y llevarlas al exterior del invernadero, eliminar residuos del cultivo infectado, usar semillas sanas y desinfectadas, uso de variedades menos susceptibles y tratamiento agroquímicos dirigidos al follaje
Las principales materias activas que podemos usar para combatir la enfermedad son :
CLOROTALONIL, BENOMILO,MANCOZEB, FENARIMOL, TEBUCONAZOL, DIFENOCONAZOL, TRIFORINA.