La polinización es un fenómeno que ocurre tanto en plantas gimnospermas como angiospermas que consiste en la transferencia de los granos de polen, desde los estambres (parte masculina de la flor) hasta el óvulo de la flor donde los fecunda y da lugar a la generación de frutos y semillas. En el caso concreto del ciruelo japonés (Prunus salicina) esta fecundación es un tanto problemática en algunas variedades y se pretende dar una visión para realizar una correcta polinización y por consiguiente un buen cuajado de los frutos.
El ciruelo japonés tiene unas flores hermafroditas, es decir, que presenta en una misma flor tanto órganos masculinos como femeninos. El problema es que generalmente no se produce la autofecundación debido a diversos factores:
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La madurez sexual de los órganos se alcanza en distintos períodos de tiempo.
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El polen es reducido o estéril.
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La incompatibilidad gametofítica es un factor genético que consiste en la detención del desarrollo del tubo polínico, por lo que el polen de esa misma flor no puede llegar al ovario.
Además de estos factores, las condiciones climáticas también son clave para la fecundación puesto que las lluvias en el período de floración y las bajas temperaturas dificultan la dispersión aérea del polen. Todo esto, a su vez, repercute negativamente en la cosecha puesto que el índice de cuajado es diferente cada año.
Variedades polinizadoras
Debido a esta incompatibilidad gametofítica se han clasificado algunas variedades polinizadoras que son compatibles. Estas variedades, se recomienda situarlas de forma estratégica en la parcela para que mediante anemogamia (transporte de polen a través del viento) y que la cantidad de éstas sea adecuada (entre un 20 y 33 % del total de la parcela) para conseguir una alta efectividad en la deposición del polen.
Además, se deberá tener muy en cuenta la zona en la que se vayan a implantar puesto que deberán coincidir en el mismo período de tiempo la floración de las dos variedades. Esto quiere decir que exista un solape en la floración entre flores masculinas y femeninas entre 6 y 7 días para asegurar una buena polinización.
Se recomienda también a parte de escoger las variedades adecuadas para que se produzca la fecundación, se facilite mediante la puesta en la parcela de insectos polinizadores y que no depende únicamente de las condiciones del viento.
Insectos polinizadores
Últimamente, se han estado empleando la polinización apícola que consiste en la puesta de colmenas de abejas desde que comienza la floración hasta que observemos en la parcela algunos frutos ya cuajados. Estudios realizados en plantaciones con ciruelos japoneses determinan que se deben colocar entre 2 y 5 colmenas por hectárea para una cobertura total de la plantación y con una colocación estratégica al igual que las variedades polinizadoras de ciruelos.
Injerto en púa
En el caso de que en una plantación no haya insectos polinizadores adecuados o que por temas de espacio, debido al marco de plantación, no quepan variedades polinizadoras, siempre se podrá realizar injertos de ramas de éstas variedades al 50% de los árboles y conseguir así, una óptima polinización.
Los injertos se deben realizar en ramas principales, de una altura media o alta, de manera que las ramas puedan incluso quedar por encima del resto del árbol para que se distribuya adecuadamente. De las numerosas técnicas que existen, se recomienda para el ciruelo la de injerto en púa debido a su fácil ejecución.
Para que el injerto se desarrolle satisfactoriamente debemos eliminar las ramas y brotes presentes en las ramas del injerto, consiguiendo así, que no compitan por recursos como la iluminación. Una vez alcance una extensión de más de 20 cm se deberá realizar un atado en la rama para que no haya roturas.