La agricultura ecológica es el sistema biodinámico que Rudolf Steiner desarrolló y practicó durante meses en la finca Koberwitz para agricultores en 1924 y que hunde sus raíces en el “Curso de Agronomía”, basado en la Antroposofia, corriente filosófica desarrollada por Steiner, que incluye los efectos de fuerzas cósmicas sobre la tierra (la energía Yang del pensamiento oriental), entendiendo esta misma como organismo vivo.
Según esta concepción, una granja es un organismo vivo que refleja la complejidad de la Naturaleza. Una empresa agropecuaria biodinámica se compone, en su forma ideal, de praderas y dehesas, campos de cultivo, huertos, frutales, setos y bosques. La agricultura es por lo tanto polivalente y multiforme. Su principal tarea consiste en que la cadena biológica formada por el suelo, plantas, animales y hombres permanezca lo más cenada posible, sin pérdidas.
Cada nutriente que abandona la granja en forma de producto se ha de restituir por otros de forma natural. Dependiendo de la extensión, del clima y del emplazamiento de la finca, deberían existir los suficientes animales para obtener de su estiércol el compost necesario destinado a la producción de humus que sirva de abono para el cultivo del forraje necesario. Por tanto, es de gran importancia la cría de ganado, especialmente vacuno, y en consecuencia no se debe tender a una especialización dedicada en exclusiva a la horticultura, a la producción de fruta, de cereales, etc.
En la siembra, plantación y cosecha se sigue anualmente un calendario lunar que especifica los días y las horas más favorables para tales trabajos.
El suelo se ara para abrirlo y hacerlo receptivo a las energías del Cosmos. El suelo se vivifica mediante preparados de estiércol concentrado y sustancias homeopáticas.
El hombre debe integrarse a la tierra y a sus diferentes labores con el suelo, las plantas, las semillas, los árboles, los animales, etc., con total entrega y amor porque ello influirá en la calidad de los alimentos que obtenga, en su salud y su felicidad.
Todo eso lo dijo Steiner. Su obra sigue viva y sus seguidores publican boletines, revistas y libros reactivando su pensamiento lúcido y salutífero, concretado en soluciones tangibles, como los productos que para la salud fabrica la empresa alemana Welleda en la ciudad de Schwabisch-Gmund, cerca de Stuttgart, siguiendo las orientaciones Antroposóficas y cuidadosamente manipulados y seleccionados de las granjas biodinámicas que existen en Alemania, Austria, Suiza, etc.