Es bastante evidente que uno de los problemas que se plantean desde el consumidor decidido a consumir los productos ecológicos es la identificación de los mismos y la comprensión de la etiqueta para tener una garantía total de que aquello que pretende comprar cumple con la normativa CEE 2092/91, referente a la producción ecológica.
El reconocimento del etiquetado es fácil, la etiqueta podemos decir que consta de varias partes, en el centro un dibujo identificativo, similar para las etiquetas de todos los comités certificadores (son los organismos que controlan que las explotaciones agropecuarias e industrias declaradas como ecológicas, cumplen la normativa), exceptuando la etiqueta del Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (C.A.A.E.) y los organismos privados certificadores, Ecocert-Sohicert y la Entidad Certificadora de Alimentos de España (ECAL). A parte de este dibujo o logotipo deben llevar el número con el que el agricultor está inscrito en el Organismo certificador, el código del organismo certificador y la fecha de envasado o procesado del producto en cuestión.
En cuanto a dónde podemos encontrar productos ecológicos, varias son las alternativas que se plantean. Tal vez la más accesible a la sociedad, debido a nuestro ritmo de vida, sean las grandes superficies, todavía la poca variedad y la dificultad para poderlos encontrar es predominante, no obstante pueden localizarse algunos artículos de procedencia ecológica, normalmente elaborados. Además suelen ser tratados como artículos de lujos, presentando precios elevados.
Otra alternativa son las ecotiendas, suelen ser tiendas particulares, que deben ofrecer al consumidor más que cantidad, variedad, haciendo que en ocasiones los costes de gestión que se producen para hacer llegar el producto al consumidor encarezcan bastante el precio final. Debemos tener en cuenta que no se manejan los mismos márgenes de coste cuando se compran cantidades elevadas que cantidades pequeñas. Muchas de estas ecotiendas funcionan bajo la red de comercio justo; vendiendo productos que han sido elaborados en países del tercer mundo a precios razonables que generan riqueza en la zona de origen y favorecen su desarrollo. Son en este caso, ONG’s que desarrollan su actividad sin ánimo de lucro.
Sin duda alguna, y bajo mi punto de vista, la alternativa que plantea la relación más directa entre el consumidor y el agricultor ecológico o ganadero, es la asociación de consumidores y productores ecológicos. Existen ya un gran número de asociaciones en España.. Es un mercado local basado en una producción local, siempre que sea posible, donde la asociación actúa como punto de enlace entre el productor y el agricultor, evitando así los intermediarios y haciendo que los precios sean más razonables. Varias son las características que deben presentar este tipo de asociaciones para su buen funcionamiento.
1.- Consumidores concienciados que sean parte integrante y participativa en la asociación.
2.- Productores ecológicos concienciados y que sean colaboradores o parte integrante y participativa de la asociación.
3.- Productores ecológicos, a ser posible, locales, ya que de esta forma hay más posibilidades de ofrecer mayor variedad en frutos frescos, haciendo que los costes sean menores.