Cultivos Hidropónicos versus Cultivos Orgánicos

En tierra, billones, de microorganismos descomponen la materia orgánica y transforman las moléculas orgánicas (no asimilables por las plantas) en iones que las plantas pueden absorber.
En el agua, como en la tierra, las plantas absorben su comida en forma de iones.
Cuando se piensa, no hay diferencia entre un ion de origen orgánico o mineral.
Lo que importa es si están o no en una forma inofensiva y si pueden o no ser utilizados por las plantas.
Los mismos minerales se absorben en cultivo orgánico y en cultivo hidropónico.
En el cultivo orgánico, llegan a las plantas en forma de iones, conforme son liberados de la materia orgánica por la acción de gusanos y bacterias en el proceso de compostaje. En hidroponía, las sales minerales solubles en agua, en la misma forma iónica proveen los mismos elementos.
Pese a ser una transformación natural, el compostaje introduce un factor de inseguridad en el procedimiento.
Algunas veces se encuentran sustancias tóxicas introducidas en el compost o creadas por el proceso de compostaje.
También puede haber metales pesados como plomo, mercurio, estaño o níquel que pueden estar presentes en cantidades significativas en los residuos de pescado y algas usados comúnmente en los fertilizantes orgánicos.
Otro factor de inseguridad en los nutrientes orgánicos es el hecho de que algunos deriven de plantas de tratamientos de residuos, hechos con lodos que no sólo pueden ser radioactivos sino también estar llenos de metales pesados, especialmente zinc y plomo, que las plantas absorben en forma de iones, los cuales se depositan en los tejidos y luego la planta no puede eliminar.
La mayoría de los fertilizantes orgánicos carecen de los micro elementos esenciales como manganeso, cobre, zinc, boro y molibdeno que deben estar presentes en pequeñas cantidades para un crecimiento correcto y son catalizadores que ayudan a la asimilación del nitrógeno, el transporte de iones y la fabricación de encimas.
La falta de estos nutrientes creará deficiencias en las plantas y, por supuesto, en la dieta de quien las consuma.
En hidroponía, los elementos minerales vienen de sales minerales en la forma iónica.
Estas pueden ser derivadas de la naturaleza o fabricadas por el hombre pero la mayoría han sido purificadas y procesadas para que sean solubles en agua y en forma pura.
Comienzan como minerales extraídos en minas o depósitos naturales que luego son disueltos y procesados en compuestos con una estructura molecular y composición definidas.
En el proceso de refinado, estas sales minerales son purificadas para eliminar cualquier metal pesado contaminante y otras sustancias tóxicas que podrían dañar a las personas.
Como se conoce con precisión la composición química, se pueden combinar diferentes sales minerales para formar un nutriente hidropónico equilibrado.
Cuando se disuelve en las proporciones correctas en agua de buena calidad un nutriente hidropónico ofrecerá todos los elementos minerales necesarios para el crecimiento de la planta y creará plantas sanas.
Por su naturaleza, los métodos hidropónicos eliminan gran parte de la inseguridad que encontramos en el cultivo orgánico.
Atendiendo a lo arriba expresado, veremos, que en oposición a la tendencia actual, sobre las bondades del cultivo orgánico, el cultivo hidropónico ofrece mas seguridad para consumo humano, dado el grado de contaminación actual en que se encuentra inmerso nuestro planeta, a causa de las lluvias ácidas, dispersión indiscriminada de residuos tóxicos, materiales radioactivos, etc.
En estos momentos, a causa de que las nubes de gases tóxicos, causantes de las lluvias ácidas, son transportadas por las corrientes de alta atmósfera a todos los rincones del planeta, podemos decir que ya no existen zonas en que la tierra para cultivo esté libre de contaminación.
Estas consideraciones, deberían ser tomadas muy en cuenta por los medios formadores de opinión, que promueven a los cultivos Orgánicos, como la panacea de la alimentación sana actual, cuando la realidad, por lo arriba expresado, demuestra que no están libres de contaminantes, dañinos para la salud humana.
Mic. Ramón Regés
Dir. de C.D.E.E.A.

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