El medio rural se enfrenta a numerosos problemas, el envejecimiento y despoblamiento de las zonas rurales y sus deficientes e insuficientes infraestructuras, el desempleo, la preocupación por la exclusión social y laboral… Todo esto ocurre con el telón de fondo de la globalización de la economía y una sociedad donde cada día cobran mayor protagonismo las empresas innovadoras, las nuevas tecnologías de la comunicación y la información.
La solución de estos problemas en el mundo rural y su integración en el marco en el que se desenvuelve la economía pasa por una estrategia de desarrollo que debe ser sostenible, para satisfacer las necesidades de la comunidad sin suponer una amenaza para las necesidades de las futuras generaciones. Esta estrategia debe ser también integral, teniendo en cuenta todas las facetas de la actividad humana, no solamente la económica. Y por supuesto debe ser endógena, es decir, debe de tener su origen en la iniciativa local, nutriéndose de los recursos naturales y humanos de la zona.
Una de las principales características de este desarrollo rural, endógeno, integral y sostenible es que debe implicar la creación de empleo para poder mantener la población.
No debemos de olvidar que la mayor parte de la población rural española permanente continua siendo agraria o estando relacionada con la agricultura, por lo que el desarrollo rural pasa por un desarrollo agrario en casi todas las zonas. En este sentido el desarrollo rural hace especial hincapié en la diversificación de la producción aprovechando los productos locales y en la transformación y comercialización de productos agrarios. Estas actividades aprovechan el movimiento social que existe hacia el consumo de productos artesanales y de una mayor calidad para generar empleo. Hay que añadir que estas actividades contribuyen a una mejor identificación de la zona a través de sus productos y esto influye en otro tipo de acciones como puede ser el turismo rural.
El turismo rural, cada vez va cobrando un mayor protagonismo en la sociedad española. Este, supone una importante fuente de empleo en muchas áreas. Proporciona trabajos a tiempo parcial para mucha gente que de otro modo tendría dificultades para encontrar un empleo adecuado. El enlace con los atractivos naturales y culturales del área es obvio. Sin embargo, el turismo no es la panacea para todas las áreas rurales, y se han registrado fallos, especialmente donde la disponibilidad de alojamientos, infraestructuras de ocio y herramientas de marketing no se desarrollan al mismo ritmo.
Para preservar este interés por lo rural, es necesario responder a la cada vez mayor preocupación social por el medio ambiente y es por esto por lo que el desarrollo rural tiene mucho que decir en este aspecto. A través del cuidado y la protección del medio ambiente, no solo potenciamos el turismo rural, sino que también estamos contribuyendo a la sostenibilidad de este desarrollo rural, legándoles a las generaciones futuras un medio en el que poder vivir con las mismas oportunidades
Otra fuente de empleo en el mundo rural, relacionada con las características culturales de cada zona, es la artesanía. Esta, unida a la comercialización de productos típicos y la gastronomía, influye de manera decisiva en el turismo rural, al fortalecer la identidad propia de la zona y complementar la oferta cultural y natural de la zona.
Las tecnologías de la información y comunicaciones, que están tomando cada vez mayor importancia en la sociedad, tienen mucho que decir en el desarrollo rural, ya que están abriendo puertas a la modernización de las empresas del medio rural, a la promoción de los territorios y sus productos y al mantenimiento de la población mediante el teletrabajo.
El generar el empleo a través de estas actividades es fundamental para el desarrollo de las zonas rurales. A través de este empleo se logra el mantenimiento de la población y se evitan los éxodos a las zonas urbanas que tanto han influido en el mundo rural. Es gracias a la permanencia de las personas en estas zonas el que se pueda disponer en estas de los servicios públicos y privados necesarios para mantener la calidad de vida en las áreas rurales.
Como se puede observar, todas estas actividades están interrelacionadas, y los objetivos que se persiguen tienen todos un fin común, que es revitalizar las zonas rurales.
El desarrollo rural se está viendo impulsado por parte de la sociedad a través de programas e iniciativas para el desarrollo rural, basadas en estas líneas de actuación. Para que estos sean exitosos y no resulten estériles, deben de ser impulsados por las personas de la zona rural, desarrollando estos programas de una manera endógena.
Es fundamental para lograr los objetivos de estos programas el incluir a todos los miembros de la sociedad rural, con especial atención a los jóvenes que son los que tienen más facilidades para decidir el lugar donde se quieren establecer y que como futuro de la sociedad, los que más pueden beneficiarse de este desarrollo.
Como conclusión podemos decir que el desarrollo rural no solo es fortalecer la agricultura, aunque esta tenga un gran peso en el medio rural, implica muchas más actividades, y es a través de todas estas, con la iniciativa de la gente de la zona y conservando los recursos de los que se disponen, como se va alcanzando esta revitalización del mundo rural. Quizá esto se podría resumir en una frase “Piensa globalmente, actúa localmente”