Ante la inquietante amenaza que representan la contaminación por nitratos en los acuíferos andaluces, se presenta el abonado orgánico como aportación de nutrientes de forma sostenible con el medio ambiente.
La evolución de la agricultura intensiva y el apogeo de la nuevas tecnologías fitosanitarias que consiguen unas mayores producciones agrícolas, coinciden con el inquietante estado de nitratos en determinados acuíferos de Andalucía. Un abuso en la aplicación de los abonados nitrogenados de rápida asimilación, junto a otros factores ajenos a la agricultura, configuran en la actualidad, un grave problema para miles de familias rurales, que han visto como en el transcurso de una década sus pozos de autoabastecimiento hídrico, han pasado de aliviar el agua de mejor calidad, a un líquido elemento no acto para el consumo.
Esta problemática se fundamentan en un irresponsable uso de nitratos (nitrato amónico, potásico,cálcico etc) con los que se pretende consegir una mayor producción en cosecha. Sin embargo, este fenómeno discrepa con las investigaciones al respecto, que demuetran como un mal uso del abonado nitragenado puede llegar a producir fitotoxicidad en la planta, pérdida de calidad en el producto final, acidificación de suelos, mayor sencibilidad ante patógenos…; entre otros efectos medioambientales que corren en contra de la sostenibilidad del agroecosistema.
Ante esta problemática, se presenta el abonado permitido por la Agricultura Ecológica, como una alternativa en la recuperación de suelos y en el compromiso por la restauración de los acuíferos.
La agricultura Ecológica, considera a la fertilización como uno de los aspectos fundamentales en la producción de calidad y en cantidad. De esta forma, están permitidas por el reglamento, aportaciones nutritivas en formas de: Abonos verdes (principalmente leguminosas), Compostaje de resíduos orgánicos (restos vegetales, resíduos urbanos, resíduos de almazara…), y aportación de abonos orgánicos tales como estiércoles compostados.
Todos estos abonos orgánicos, poseen en su mayor parte un sistema de nutrición de lenta liberación, evitando la contaminación por lixiación. Al tiempo que permiten la regeneración del complejo arcillo-húmico, clave en la absorción de nutrienes, y por efecto multiplicador en la calidad del producto.
El principal inconveniente de este sistema es que requiere de un largo plazo para cuantificar las mejoras constructivas en la estructura edáfica, y dificulta la demanda en mercado de productos como estiércoles, de menor representación en la última década.
Sin embargo, ventajas como una alta producción, unida a una alta calidad organoléptica del producto, así como las múltiples ventajas medioambientales y sociales que producen, avalan a este método, hoy por hoy usado por más de 3.000 agricultores en Andalucía.
A.M.ENAMORADO
DESPIEZE:
La contaminación agrícola de los suelos se produce por lixiviación de nitratos de los suelos, ante abundantes riegos o fuertes precipitaciones por lluvias. Este procedimiento da lugar generalmente cuando la tierra es pobre en materia orgánica.