Los particulares y las empresas que llevan a cabo actividades comerciales han de estar al corriente, en la medida de lo posible, de las condiciones del comercio. Por consiguiente, es de fundamental importancia que los reglamentos y las políticas sean transparentes. En la OMC esto se logra de dos maneras: los gobiernos deben informar a la OMC y a los demás Miembros mediante “notificaciones” periódicas de toda medida, política o ley específica; y la OMC lleva a cabo exámenes periódicos de las políticas comerciales de los distintos países: los exámenes de las políticas comerciales. Estos exámenes forman parte de lo acordado en la Ronda Uruguay, pero se iniciaron varios años antes de que acabara la Ronda; fueron uno de los primeros resultados de las negociaciones. Los participantes acordaron establecer el proceso de examen en la Reunión Ministerial de diciembre de 1988, cuyo objeto era realizar un balance a mitad de período de la Ronda Uruguay. El primer examen se llevó a cabo el año siguiente. Inicialmente, estos exámenes se realizaban en el marco del GATT y, como éste, se centraban en el comercio de mercancías. Con la creación de la OMC en 1995, se amplió su ámbito, al igual que el de la Organización, para incluir los servicios y la propiedad intelectual.
La reestructuración y una mayor liberalización del comercio son fundamentales para sostener el crecimiento
El tercer examen de la OMC de las políticas y prácticas comerciales de China, así como de su incidencia en el funcionamiento del sistema multilateral de comercio tuvo lugar en Ginebra los días 31 de mayo y 2 de junio de 2010.
En un momento en que se agudizan las tensiones comerciales en todo el mundo al hacer frente los gobiernos a las consecuencias económicas de la recesión mundial del año pasado y a una caída del 12 por ciento en las corrientes comerciales mundiales, este examen de las políticas comerciales de China ha puesto de relieve la valiosa función del Mecanismo de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC para aumentar la transparencia, fomentar las consultas y la cooperación entre los Miembros de la OMC y ayudar a evitar que haya malentendidos y, en último término, diferencias comerciales cuando surgen fricciones comerciales.
El buen funcionamiento del sistema multilateral de comercio ha contribuido considerablemente al crecimiento económico y al desarrollo sostenibles de China. La recesión mundial tuvo importantes repercusiones negativas en la economía de China, dado que la demanda exterior cayó en picado a partir de finales de 2008. La respuesta del Gobierno, consistente en políticas fiscales y monetarias expansionistas, incluido un paquete de estímulo por valor de 4 billones de yuan (el 13 por ciento del PIB de 2008), ayudó a que el crecimiento económico de China repuntara en 2009 y contribuyó en gran medida a la recuperación mundial, en particular en la región de Asia.
La crisis económica mundial ha reforzado la determinación de China de cambiar su patrón de desarrollo económico, en especial mediante la diversificación estructural, la mejora del funcionamiento del mercado interno de capitales y el fortalecimiento de las redes de seguridad social de la población. De cara al futuro, a medida que el Gobierno impulse políticas para que la demanda interna contribuya en mayor medida al crecimiento del país y para fomentar la expansión del sector de servicios, hará falta una mayor liberalización de los regímenes de comercio e inversión a fin de estimular la competencia y lograr una asignación más eficaz de los recursos en la economía.
El examen de las políticas comerciales abarcó todos los aspectos de las políticas y prácticas comerciales de China. Se basó en sendos informes de la Secretaría de la OMC y el Gobierno de China, así como en un amplio y detallado intercambio de opiniones entre China y otros Miembros de la OMC, en el que se formularon más de 1.500 preguntas escritas.
En general, se reconoció que China había desempeñado un papel constructivo al resistir las presiones proteccionistas y reactivar la demanda mundial durante la última desaceleración económica, se agradeció la participación cada vez más activa de China en el comercio Sur-Sur y su régimen de franquicia arancelaria para las importaciones procedentes de países menos adelantados, y se señaló que China había seguido liberalizando progresivamente sus regímenes de comercio e inversión, aunque, según algunos Miembros, a un ritmo más lento que en años anteriores.
Entre las cuestiones detalladas que se trataron cabe mencionar:
- la importancia de que China siga mejorando la transparencia de sus políticas y prácticas comerciales y de inversión, aprovechando los esfuerzos que se hacen actualmente para examinar, revisar y modificar las leyes comerciales y relacionadas con el comercio
- la necesidad de que el Gobierno siga reduciendo los obstáculos normativos y otros obstáculos al comercio, en particular en lo referente a los procedimientos aduaneros, los reglamentos técnicos y las normas (incluidas las MSF) y las prácticas de certificación, las licencias de importación y las restricciones a la exportación (sobre todo las desgravaciones fiscales y la devolución parcial del IVA)
- las ventajas para China y para los proveedores extranjeros de una liberalización más rápida de los sectores de servicios chinos, como la banca, los seguros, las telecomunicaciones y los servicios postales, incluido el levantamiento de las restricciones a la inversión extranjera y la adopción de más normas internacionales en esos sectores
- la importancia de que China acelere su adhesión al Acuerdo sobre Contratación Pública de la OMC, dado el papel cada vez más importante que desempeñará la contratación pública en la economía de China
- la preocupación por las políticas de innovación autóctona de China y su efecto de restricción del acceso de los productos, los inversores, la tecnología y la propiedad intelectual extranjeros
- un avance más rápido hacia el objetivo de China de disponer de normas relativamente estrictas sobre derechos de propiedad intelectual para 2020.
Fuente: WTO- COMUNICADO DE PRENSA: PRENSA/TPRB/330