Hidrología Forestal Tropical

En materia de hidrología forestal son numerosas las preguntas que nos pueden surgir. Y desde el punto de vista de la investigación sobre hidrología forestal estrictamente tropical el número de preguntas se multiplica significativamente, debido al mayor desconocimiento de la misma. Es entonces cuando aparecen las siguientes preguntas: “¿En qué se diferencian la hidrología forestal de zonas templadas de aquella que se da en las zonas tropicales?” y “¿Quién se encarga de investigar acerca de ésta última en el panorama forestal mundial?”. Éstas y otras preguntas del mismo estilo dieron lugar a la investigación realizada durante los años 2000-2001 en el seno del E.N.G.R.E.F. (École Nationale du Génie Rural, des Eaux et des Fôrets) y de G.I.P. Ecofor (Groupement d’Interet Publique : Ecosystèmes Forestiers) como soporte técnico en diversas conferencias del ámbito de la European Tropical Forest Research Network (E.T.F.R.N.), investigación de la cual se ofrece un resumen a continuación. El bosque tropical y el ciclo hidrológico:
Consideramos la hidrología forestal como una rama de la hidrología que estudia los efectos que el bosque y su vegetación asociada poseen sobre el ciclo hidrológico, los procesos erosivos y la calidad de las aguas. En un primer lugar, y desde este punto de vista, es necesario hacer hincapié en aquello que caracteriza a la hidrología forestal tropical, y su diferencia con la hidrología forestal de zonas mediterráneas y templadas.
Los procesos hidrológicos básicos en los bosques tropicales son muy similares a los que se producen en los bosques templados (con los que nos encontramos más familiarizados por posicionamiento geográfico). Sin embargo, y he aquí el responsable de las posibles diferencias entre unos y otros, los balances de energía son distintos, a favor de ciclos hidrológicos mucho más extremos en zonas tropicales.
La superficie forestal es la superficie receptora más eficaz para interceptar el agua de precipitación. Pero no hay que olvidar que también nos encontramos frente a la vegetación más ávida y exigente, en general, de agua. Desvía el flujo de agua favoreciendo la infiltración o escurrimiento hipodérmico (evidentemente siempre dependiendo de la capacidad de infiltración de los suelos), en contra de la escorrentía superficial. Su capacidad de reducción de la escorrentía superficial pierde importancia conforme los episodios lluviosos van ganando intensidad.
El consumo de agua en vegetación tropical es extremadamente elevado, lo cual nunca debe olvidarse a la hora de comprender las tasas de evapotranspiración y de calcular los balances y los rendimientos máximos del recurso agua.
Respecto a la influencia del bosque sobre la calidad de las aguas, las deducciones obtenidas al respecto nos hacen pensar que, en la mayoría de los casos, una cubierta vegetal tropical protege y depura las aguas, aunque el papel filtrante de la vegetación tropical no sea bien conocido todavía. Aún así, habrá que tener en cuenta la posibilidad de captación de sustancias contaminantes a través de la cobertura foliar, sobretodo en casos de altas densidades vegetacionales.
La situación de la gestión de las aguas en regiones tropicales:
No es sencillo aplicar los conocimientos obtenidos del ciclo de las aguas en los bosques tropicales a la hora de llevar una gestión conjunta agua-bosque. Ello se debe principalmente a que cada bosque siempre será diferente del resto, y por ello muchas veces no se podrán generalizar multitud de estos conocimientos. Sin embargo han de estudiarse los parámetros más relevantes (tipos climáticos, tipos de poblaciones vegetales, balances y disponibilidades hídricas …) y garantizar una adecuada gestión de los sistemas forestales (especies y tratamientos selvícolas más adaptados) y, por consiguiente, de sus ciclos hidrológicos.
La gestión de las cuencas hidrográficas de regiones tropicales está, en la mayoría de los casos, directamente relacionada con la situación política y económica de cada país. Se logran encontrar regiones capaces de ordenar el territorio de una forma relativamente eficiente, pero en general se trata de países poco conscientes de la problemática derivada de la mala gestión de las cuencas, con técnicas inadecuadas, frecuentemente dependientes de entradas de dinero exterior y poco capaces de conseguir una gestión aceptable. Según algunos estudios realizados por la FAO, en las regiones tropicales africanas y americanas, la mayor parte del interés de la política ambiental se centra en la utilización racional, en la conservación y en la protección de los recursos naturales del bosque tropical. Sin embargo, en Asia, esta política tiene una tendencia hacia las repoblaciones forestales y perfeccionamiento de las técnicas de explotación de madera para satisfacer a la comunidad local y a las necesidades industriales. Estas diferencias entre “filosofías políticas” son debidas a las diferentes situaciones económicas de cada país. Por ejemplo, en los países más pobres con altas tasas de deforestación (como Bangladesh, Indonesia o Nigeria) la protección del bosque tiene un papel político y económico de escasa importancia. Por el contrario, en países con menores densidades de población, menos deforestados y más ricos (como Malasia y Gabón) las políticas ambientales y forestales tienen mucho más en cuenta el objetivo de mantener la sostenibilidad de los ecosistemas forestales mediante una gestión adecuada de la explotación forestal.
En los últimos años, la participación y el entendimiento de la sociedad en todos estos países están siendo muy tenidos en cuenta a nivel local para la obtención de beneficios, y es un factor decisivo para una buena gestión de las cuencas hidrográficas. En estos casos, la falta de esta buena gestión se debe muchas veces al desconocimiento y al retraso que padecen estas regiones. Ni leyes ni normas han sido capaces, hoy por hoy, de detener la deforestación y la consiguiente implantación de tierras de cultivo, y este es un problema que se ha visto empeorado debido a la situación política de los países y a la falta de información socio-económica.
La eficiencia en la gestión de las aguas tropicales comienza por conocer cómo funciona la hidrología en los ecosistemas tropicales. Y por no olvidar nunca que la gestión de este recurso, el agua, y su desarrollo sostenible está directamente ligado al de sus tierras y habitantes.
Son políticas y estrategias de gestión basadas en el conocimiento de la ordenación de cuencas hidrográficas tropicales y sus efectos sobre el recurso agua, sobre la erosión y sobre la calidad y cantidad de los cursos de agua, las que deben ser aplicadas rápidamente, siguiendo programas al más alto nivel gubernamental posible para obtener una protección y rehabilitación de las cuencas: reforestaciones, prácticas de conservación de suelos y control de los procesos erosivos, mejora de praderas, selvicultura, estabilización de movimientos en masa, …
Análisis de la tendencia en investigación a nivel internacional: “Interacciones entre el Agua y los Bosques en Ecosistemas Tropicales”:
¿Quién investiga hidrología forestal tropical en Europa? ¿Y en las propias regiones tropicales? ¿Qué rama estudian exactamente? ¿Qué regiones tropicales son las más estudiadas?
A continuación se expondrán resumidamente las conclusiones obtenidas, mediante una investigación basada en diversas búsquedas realizadas en la base de datos CAB Abstracts, a éstas y otras preguntas del mismo ámbito.
El objetivo es conocer la tendencia actual de la investigación sobre la temática “Agua y Monte” en medio tropical, desde el punto de vista de la gestión del bosque y de las cuencas. Se han identificado la naturaleza exacta de las investigaciones, así como la contribución de los países europeos a la realización de las mismas.
Debido a la amplitud y complejidad de la temática “Agua y Monte”, se han organizado las referencias encontradas en cuatro dominios:
A. Ciclo de agua: Hidrología Forestal Tropical.
B. Erosión hídrica.
C. Calidad de las aguas e Hidrobiología.
D. Gestión de las Aguas y del Bosque.
A, B y C hacen más bien referencia a los procesos hidrológicos, mientras que D se engloba dentro de un punto de vista socio-económico y político.
Resultados:
El 40% de las referencias encontradas estudian los ciclos hidrológicos, frente a un 26% que se dedica a la investigación política y económica de la gestión de las aguas tropicales. El resto de las referencias se reparten entre los apartados B y C.
– Respecto a las zonas tropicales estudiadas: Asia se sitúa como la zona geográfica más estudiada, seguida por América Central y del Sud. La relativa ausencia de África en este grupo es un resultado chocante.
– Respecto a los organismos que investigan: Son los asiáticos de nuevo los que aparecen en mayor porcentaje. Europa y América del Norte aparecen también con algunos de los países que más investigaciones sobre hidrología forestal llevan a cabo (aunque no posean regiones tropicales). África vuelve a tener un papel muy pobre, a pesar de poseer de las mayores extensiones mundiales de bosque tropical.
Asia es, globalmente y para cada uno de los cuatro dominios, el bloque geográfico con la mayor participación. Y la búsqueda de la temática D (gestión de cuencas tropicales) destaca significativamente en este continente: esto parece lógico debido a que la proximidad de los problemas de gestión lleva a los institutos investigadores a movilizarse de forma prioritaria para responder a estos problemas teniendo en cuenta las dimensiones socio-económicas de los mismos.
América Central y del Sur participa activamente en las investigaciones, destacando, aunque menos de lo previsto, en temas del ciclo y de la calidad de las aguas. América del Norte tiene cierta influencia en el dominio del ciclo hidrológico también, así como en cuestiones de gestión de cuencas.
La gran mayoría de los bosques tropicales se encuentran en países en vías de desarrollo. La responsabilidad de la gestión de estos bosques recae por tanto en ellos, lo cual explica (como para Asia) que sean los principales contribuyentes a investigar el dominio de la gestión de las aguas.
Por último, la inclinación de los estudios de origen europeo es más bien “biológica” , más que de investigaciones sobre gestión.
Para cualquier duda o cuestión sobre el artículo no duden en escribirme.

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