La IGP de las Clementinas de Tierras del Ebro

¿Cuándo nació el consejo regulador y que funciones cumple?
El Consell regulador nace a raíz de los esfuerzos de legalización y de la decisión de trabajar para consolidar la IGP de las clementinas de Tierras del Ebro, y desde una voluntad de hacerlo desde la autorregulación. Por eso se creó el Consejo Regulador, que tal y como está constituido ahora es provisional hasta que haya nuevas elecciones, para que asumiera la de la IGP. El Consejo nació a mediados de este año, aunque mi implicación personal viene desde finales del 2001.
Hasta mediados de este año, aunque hacia unos meses que se había aprobado la IGP, no se creo formalmente el Consejo. Hasta ese momento sólo se había trabajado en cuestiones administrativas de legalización, pero no en cuestiones prácticas para llevarlo adelante.
Entre sus tareas está la de la certificación de todo el producto que lo pida, y el ser la institución de que ese producto certificado cumple con las condiciones que pide la IGP. El consejo garantiza la autorregulación del sector en temas de calidad y seguridad alimentaria.
¿Quién está representado al Consell Regulador?
El Consell Regulador está formado por un presidente, propuesto por el Departamento de Agricultura de Catalunya; un vicepresidente, elegido por los vocales del Consejo Regulador; también hay cuatro vocales representantes de los productores y dos vocales técnicos. Sobre ellos recae la labor de regular todo el proceso. Este se basa en una tarea de inspección continúa del genero que se vende con certificación. Es la institución encargada de que se hagan las auditorias de las propias entidades y la que cogerá muestras del género para su inspección.
Por otra parte habrá un grupo de control que analizará todo lo que haga la inspección. En este habrá un vocal representante de consumidores, otro de la administración y dos de los productores. Estos serán los que propondrán al Consejo todas las situaciones normales y anormales para que decidan si alguien ha de ser sancionado.
En estos momentos hay implicadas nueve entidades, seis cooperativas y seis sociedades limitadas.
¿Cuáles son las condiciones para poder etiquetar con el distintivo de la IGP?
Lo primero que se pide es el registro de los cultivos de clementinas y que tengan unas variedades que estén dentro de la IGP. Para poder acceder a la IGP han de aplicar unas practicas de cultivo similares a las de la producción integrada. De hecho, en un futuro, se quiere formalizar el uso de estas prácticas integradas evaluadas por los organismos competentes. La IGP también exige unas determinadas normas de la manipulación de la producción en los almacenes, que está regulada. Dentro de esta certificación sólo se pueden distribuir variedades extras. Se realizan análisis de calidad para que, por ejemplo, se mantenga el equilibrio entre acidez y azúcar indicado por la normativa. Se exige una calidad organoléptica.
¿Cuáles son las variedades de clementinas protegidas y sus características?
Las variedades son: la clementina fina, la hernandina y la clemenules. Son las que tenemos nosotros en las Tierras del Ebro en este momento. En un futuro veremos si podemos ampliar la IGP a otras variedades, como la guillermina por ejemplo. Creemos que hay más variedades que pueden salir también con esta certificación. Y esto es así porque lo que hace especiales estas clementinas no es tanto la variedad como la situación geográfica. Las tierras del Ebro esta por encima del paralelo 40, y en esta zona hay muy poca citricultura. Somos la citricultura que esta más al norte del paralelo 40. Y esto confiere a nuestra producción unos resultados especiales. Sus características son una piel fina y elástica, una coloración intensa, y es un poco más tardía en comparación con la de Valencia o Andalucía. Y organolécticamente hay muy buen equilibrio entre el azúcar y la acidez.
¿Ha habido ya producto certificado?
No. La certificación de las clementinas de Tierras del Ebro comenzará a partir de esta temporada. En este momento estamos acabando de ultimar la etiquetas y los controles y esta será la primera campaña con la certificación.
¿Supone alguna dificultad el etiquetaje? ¿Llevará el etiquetaje el sello de la Unión Europea?
El etiquetaje de los cítricos es un poco complicado porque todo el proceso está muy mecanizado. Lo que intentamos es que dentro de la practica habitual de la cooperativa, el etiquetaje no sea un estorbo. Colocar un sello a cada quilo manualmente, cuando aquí se produce industrialmente, sería poner trabas a la comercialización. En este momento estamos estudiando que el girsac lleve una banda que ya tenemos diseñada. Y esta la llevarían todos los fabricantes. Llevará el anagrama de la IGP y el de la Unión Europea. Pero lo que es más importante es el distintivo propio.
¿Cuál es la extensión de la producción de clementinas y cuanta cantidad de género introducís en el mercado?
Las hectáreas son unas 3200, tenemos unos 2500 productores de clementinas. D estos 2000 son pequeños productores, de menos de una hectárea, y 500 productores esta por encima de una hectárea. Y se producen aproximadamente unos 120 millones de quilos de cítricos Pero de toda esta producción no estará toda certificada. Primero porque toda la producción no es de las variedades protegidas. Y de las que sí lo son, este año tampoco se certificará toda. Este año comenzaremos sólo con las extras del calibre uno a tres, que son los calibres más bonitos.
La presentación se hará de tres formas: con plató, pitufo y girsac. Plató es un envase de diez quilos; pitufo, son dos quilos y medio, y el girsac puede ser una bolsa de uno o dos quilos. No creo que este primer año todo el mundo etiquete su producto. Se hará sólo con lo más selecto.
¿Que porcentaje entre las clementinas producidas en Catalunya pertenece a cada una de las variedades protegida?
Se le podría poner el distintivo al 40-50% de la producción, pero no creo que todos lo productores lo hagan con todo el género que puede tener la certificación. Podrían ser certificados unos 30 millones de quilos de clementinas. Calculamos que aproximadamente el 20% de la producción puede ir etiquetada esté año.
¿Creéis que esta certificación aportará beneficios a los productores?
Lógicamente. La IGP es resultado de una serie de cualidades que tiene nuestra producción por estar ubicada en este territorio. Normalmente los productos de esta zona disfrutan de una buena aceptación en el mercado europeo e incluso en los americanos. Una parte del genero que se exporta a Estados Unidos sale de esta zona. Este distintivo puede ser un complemento a las diferentes marcas que operan en con producto de este territorio. El consumidor lo sabrá apreciar. La certificación servirá para que el consumidor pueda identificar más fácilmente la calidad de nuestras clementinas más allá de las marcas.
La IGP también nos sirve para contrarrestar los posibles efectos negativos de un exceso de producto en el mercado ya que nos garantiza delante del consumidor que es un producto diferenciado y de más calidad.
Si la certificación tiene un buen resultado comercial, ¿se planteará un aumento de la producción?
El aumento de hectáreas dedicadas a este cultivo está al margen de la IGP.
¿Qué posibilidades de expansión tiene la clementina protegida?
Es un actividad que va a más en la zona. La IGP le da un importante espaldarazo. La expansión del cultivo de la clementina forma parte del desarrollo de la zona. El potencial de los cítricos en este momento no tiene techo y otros cultivos en retroceso. Hay 20.000 hectáreas de olivares que están recesión y que se podrían transformar en cítricos con los años. Con los nuevos canales de riego que se están creando se podría aumentar en 16.000 las hectáreas dedicadas a los cítricos. Aunque no creo que todos los olivares se transformen en cítricos, veo bastante probable que se duplique la superficie en 10 años.
¿Ha habido un periodo de adaptación a las exigencias de esta certificación?
Ha habido pocos cambios. El cítrico es un cultivo de exportación sometido a controles muy estrictos por parte de los importadores. De hecho, hay importadores que van mucho más allá de lo que exige la IGP. Controlan el calibre, el color, pero también los residuos, etc. La IGP es un reconocimiento a la calidad que ya teníamos. No supone una exigencia a los citricultores sino un apoyo a lo que hace tiempo que estamos haciendo.
¿Cuáles son vuestros mercados y principales competidores?
Nuestro mercado fundamental es toda la zona de la Unión Europea y Suiza. Al trabajar con calibres extras y calibres comerciales, que son más caros, sólo la UE tiene esa capacidad económica. El país que más cítricos nuestros consume es Alemania. También tenemos otros mercados que en comparación con el de la UE son menores como el de los países del este a los que se suele enviar calibres más pequeños. También distribuimos genero en el mercado catalán, sobretodo a Barcelona.
¿Tenéis pensado hacer campañas para dar a conocer al gran público la IGP?
Estamos trabajando para hacer una presentación en el ámbito de Catalunya en las grandes áreas de distribución para que el consumidor nos conozca. Hay un gran desconocimiento dentro de la propia comunidad sobre los cítricos catalanes, y también de esta nueva marca. Estamos barajando diversas posibilidades de presentación en Mercabarna o bien hacer unas Jornadas sobre el tema en las grandes áreas de distribución.
¿Cómo valoráis esta temporada en posibilidades?
Comienza una temporada mucho más relajada que las anteriores, sin la especulación del año pasado. El producto se puede comercializar muy bien en los mercados aunque la producción haya aumentado un 20%. Otro tema será como afectará esto a los precios.

Entrevista a Agustí Sancho, representante de cítricos de la FCAC.
¿Qué cálculos tenéis para la producción de este año?
Se espera un 20% más de producción que el año pasado. Las causas son que muchas de las fincas que hace años estaban a cero en producción por la tristeza han comenzado a producir este año y también que la climatología ha acompañado. A parte el árbol está más descansado porque el año pasado hubo muy poca cosecha. La tristeza aun no ha sido eliminada del todo, pero va cada vez a menos.
¿Cuáles son las principales variedades que se cultivan y en que zonas?
De las aproximadamente 7000 hectáreas de cítricos que hay en Catalunya, más de tres mil son de clementinas. La principal variedad cultivada es la clemenules. También hay algo de producción de marisol, hernandina, clementina fina e híbridos. El resto de las hectáreas están dedicadas al cultivo de la naranja. Las principales variedades son la valencia late y la nave late. Otras variedades están desapareciendo como la navel y la navelina.
Las zonas productoras son las comarcas de El Montsià, sobre todo en las localidades de Alcanar y Santa Barbara, y la de El Bajo Ebro, en las localidades de Tortosa, Benifallet, Bitem y Cambrils.
¿Cómo se estructura el sector?
Hay muchos pequeños propietarios. Pero cada vez más la gente trabaja en cooperativas. Hay unas 8 cooperativas que realizan el 50% de la producción total.
¿Cuáles son los retos de futuro para el sector?
Comercialmente seria importante poder abrir mercados en la Europa del Este: Eslovaquia, Polonia, Rusia, Austria… En la UE hay sobreproducción para el consumo que hay entre el mes de noviembre y enero. Pero los países del este son mercados con poco potencial económico. Con mercado europeo algo saturado se tienen que buscar alternativas, el futuro es incierto. Si se abren estos mercados hay posibilidades de futuro, sino vemos más sombras que luces.
Pero no por eso la producción de cítricos está estancada. Hay una importante expansión en hectáreas dedicadas a cítricos.
En lo que al consumidor se refiere el futuro está muy claro: la calidad. Y en esto las IGP juegan un papel fundamental. También necesitamos campañas de promoción de las IGP, y del consumo de cítricos frescos. La gente prefiere mas los zumos que no consumo en fresco.
¿Cómo valoráis el desarrollo de la IGP de clementinas de Tierras del Ebro?
En noviembre del 2001 se dio luz verde, pero el año pasado no se hizo nada porque la producción fue muy baja. Este año se introducirán en el mercado más clementinas certificadas porque hay más rodaje, más producción y ya se ha hecho promoción por las ferias. Un aspecto fundamental es darse a conocer en el mercado catalán.
La IGP certifica las buenas prácticas del agricultor catalán y suponen un reconocimiento y un control fitosanitario. Esto posibilitará que cuando el consumidor vaya a comprar se le pueda dar todo tipo de información sobre la producción y la distribución. La IGP también reconoce las condiciones especiales del genero ocasionadas por un espacio geográfica privilegiado que hace a las clementinas del Ebro un producto diferenciado.
¿Cuáles son vuestros principales mercados?
En general la Unión Europea pero destacan: Alemania, Francia, Países Bajos, e Inglaterra. En Barcelona nuestros compradores son las grandes superficies.
Nuestros competidores más directos son los países terceros como Marruecos e Israel porque pueden ofrecer un producto más barato debido a que tienen menos costes de mano de obra. No ofrecen un producto de más calidad, la diferencia es que ellos tienen menos costos. Pero está competencia se establece más en naranja que en clementina.

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