PODA.
INTRODUCCIÓN. La poda consiste en suprimir total o parcialmente ciertos elementos u órganos de la vid: pámpanos, sarmientos, yemas y eventualmente hojas, racimos o bayas.
Objetivos de la poda.
1) Limitar la expansión de la cepa (tronco, brazos y sarmientos), luchando contra la acrotonía, con el fin de ralentizar su envejecimiento y mantenerla de una forma compatible con las prácticas de cultivo.
2) Limitar el número de yemas, adaptándolo a la capacidad de crecimiento de la cepa y a las posibilidades del medio, con el fin de obtener un vigor adecuado, en armonía con la producción.
3) Limitar el número de bayas, adaptándolo a las posibilidades fotosintéticas de la cepa a fin de lograr una buena maduración y calidad de la uva y un adecuado agostamiento.
El secreto de la poda radica en conciliar éstos tres objetivos: Luchar contra la acrotonía, manteniendo un vigor adecuado y obtener una cosecha suficiente y de calidad, año tras año.
Principios generales de formación y poda.
Al realizar la poda de la vid se han de tener en cuenta los siguientes principios generales:
• “Es imprescindible conocer la fertilidad de las yemas y situación para cada variedad o clase de vid que se trata de podar”.
• “La producción de una cepa en un año determinado depende esencialmente del número de yemas francas dejadas en la poda correspondiente a ese año, es decir, de la carga”.
• “La actividad vegetativa, o vigor, de una cepa o parte de ella, depende del número de hojas activas completamente desarrolladas que lleve”.
• “Las cepas de buen vigor, con sarmientos de regular grosor, son las que dan más producción, y el mantenimiento de ese vigor conveniente en toda la cepa y en sus brazos permite que la cosecha sea igualmente satisfactoria durante todos los años”.
• “El desarrollo de los brotes de un brazo o de la cepa entera es inversamente proporcional a su número”.
• “La actividad vegetativa del brote o pámpano depende de:
a) Su posición en el pulgar o vara, siendo la yema extrema o más cercana a la punta la de mayor privilegio.
b) Su dirección, de modo que los más próximos a la vertical son los que crecen más favorecidos”.
• “asemejanza de lo dicho para los pámpanos (principio 5º), los racimos y los granos de uva que lo constituyen son tanto más voluminosos y pesados cuanto menor sea su número en el racimo, brazo o cepa entera que los lleva”.
• “La poda de una cepa debe estar en armonía con la clase de vid que se explota, es decir, de su vocación, con las posibilidades del medio vitícola en que está situada, y con el potencial vegetativo propio, es decir, con su vigor, estado de fructificación, edad de la cepa,…”.
• “Con todos los sistemas de poda debe procurarse que los órganos verdes, y con ellos los racimos, gocen de condiciones más convenientes de calor, luz y aireación”.
• “Para continuar un brazo debe elegirse el sarmiento más bajo y más cercano a la base”.
ÉPOCAS DE PODA.
La poda, dependiendo de la época de realización, se puede clasificar en dos tipos o categorías:
a) Poda en seco o poda de invierno: Se practica durante el período de reposo de la vid sobre partes o elementos agostados. Por su importancia, se practica todos los años, siendo la poda propiamente dicha.
b) Poda en verde o poda de verano: Se realiza durante el período de actividad vegetativa de la planta sobre sus órganos herbáceos. Puede practicarse de una forma más o menos generalizada o no realizarse. Estas operaciones de poda en verde se consideran como operaciones complementarias de la poda.
La poda en seco o poda propiamente dicha puede realizarse desde la caída de la hoja, o un poco más tarde ( 2 o 3 semanas después), hasta un poco antes del desborre. Normalmente se efectúa durante los meses de diciembre, enero y febrero, a veces marzo, evitando los días de temperaturas muy bajas.
Las podas demasiado anticipadas, realizadas antes de la caída de la hoja, o demasiado retrasadas, ya iniciada la brotación, provocan un debilitamiento de la cepa, siendo por lo general poco aconsejables.
Sin embargo, una poda discretamente retrasada, con yemas hinchadas o comenzando a hincharse, puede resultar interesante como método de defensa frente a ciertas heladas primaverales, ya que retrasa la brotación de las yemas.
REALIZACIÓN DEL SISTEMA DE PODA DE DOBLE PULGAR Y VARA ( GUYOT DOBLE ).
PODA DE FORMACIÓN.
Con la poda de formación se intenta dar a la cepa una forma determinada que sirva como soporte y estructura básica para el futuro de la planta, que tiene un carácter productivo. Con la formación de la viña se facilitan las operaciones de cultivo y se consigue que el cultivo del viñedo sea más rentable.
El sistema de formación elegido es el sistema de Doble pulgar y vara, que da lugar a una cepa con un tronco y dos brazos divergentes, dispuestos simétricamente con relación al tronco y colocados en el mismo plano vertical, con un pulgar y una vara cada uno de ellos.
Para conseguir este sistema de formación se van a practicar sobre las cepas durante varios años las siguientes operaciones de poda:
Año 1 (Año de plantación).
En el momento de la plantación el plantón se debe podar a dos yemas, pero normalmente ya vienen podados y parafinados desde el vivero.
En caso de que la planta se desarrolle excesivamente ese año se debe proceder a una poda en verde, consistente en rebajar o eliminar los brotes que no tengan interés, y en eliminar los posibles franqueamientos (emisión de raíces por parte de la variedad).
Año 2.
Se tendrá una planta con dos o más sarmientos, ya que también pueden brotar las yemas ciegas y casqueras.
Se efectúan dos podas:
• Poda durante el reposo vegetativo (poda en seco): Se elige el sarmiento que tenga mejor situación dentro de la cepa, que ha de ser vigoroso y vertical, podándole a dos yemas francas. El resto de sarmientos se eliminan.
• Poda durante el periodo de actividad vegetativa (poda en verde): De todos los pámpanos aparecidos en la cepa debe elegirse aquel que presente las mejores condiciones para constituir el futuro tronco de la cepa. Este pámpano se ata al tutor, eliminándose el resto, así como los posibles chupones.
Cuando el viñedo está injertado sobre un patrón vigoroso, como es el caso del 110 Richter, el pámpano elegido puede ser fuerte y estar bien desarrollado, en cuyo caso se despunta en verde a la altura del primer alambre de la espaldera, a 60 cm del suelo, para iniciar la formación de los brazos de la cepa a partir de los dos nietos superiores.
Año 3.
• Poda durante el reposo vegetativo: En caso de no haber efectuado el despunte en verde el año anterior, la poda en seco en éste momento consiste en cortar el sarmiento destinado a formar el tronco de la cepa a la altura del primer alambre de la espaldera conservando las 2 o 3 yemas del extremo y suprimiendo el resto con el fin de conseguir un tronco liso.
• Poda durante el periodo de actividad vegetativa: Se eliminan los chupones nacidos en la madera vieja (espergurado) y los pámpanos que no interesan para la formación de la cepa.
Año 4.
• Poda durante el reposo vegetativo: Los dos sarmientos nacidos del tronco de la cepa se podan a 3 o 4 yemas francas con el fin de asegurar la formación de dos pequeños brazos y el desarrollo de dos sarmientos a cada lado de la cepa.
• Poda durante el periodo de actividad vegetativa: Se eliminan los chupones aparecidos y se aprovecha para revisar y eliminar los posibles franqueamientos.
Año 5.
• Poda durante el reposo vegetativo: Se procede en cada uno de estos brazos de la siguiente manera: El sarmiento superior, destinado a formar la rama fructífera, se poda en vara, dejándole 5 yemas francas, atándole al alambre tomando la dirección horizontal de éste. El sarmiento situado por debajo se poda en pulgar, a 2 yemas francas.
• Poda durante el periodo de actividad vegetativa: Esta poda se limita a espergurar la cepa y a eliminar los posibles franqueamientos de la variedad.
PODA DE FRUCTIFICACIÓN.
Una vez concluida la formación de la cepa, se va a realizar la poda de producción o fructificación, que se compone de tres operaciones:
1. Prepoda.
2. Poda definitiva.
3. Operaciones en verde.
Prepoda.
Se lleva a cabo a partir del 4º año con la ayuda de unas prepodadoras mecánicas, que van provistas de elementos de corte que eliminan parte de los sarmientos. Estos sarmientos podados quedan con 5-6 yemas.
Los principales objetivos que se persiguen con la prepoda son los siguientes:
– Facilitar enormemente la poda de invierno, con el consiguiente ahorro de mano de obra.
– Introducir un método de lucha preventiva contra las heladas primaverales, tan frecuentes en la zona, ya que una prepoda temprana unida a una poda definitiva tardía puede retrasar la brotación de las yemas.
– Facilitar la entrada de maquinaria en la plantación para ejecutar las labores de cultivo.
Poda definitiva.
Una vez concluida la formación de la cepa, la poda de fructificación anual consiste en suprimir totalmente por su base la vara del año anterior, una vez que ha fructificado, y de los dos sarmientos emitidos por el pulgar, el superior se poda a 5 yemas francas, constituyendo una nueva vara, y el inferior se poda de nuevo en pulgar a 2 yemas francas.
La vara debe inclinarse sobre el primer alambre de la espaldera, sujetándola al mismo, para que adopte una disposición horizontal, operación que hay que efectuar con sumo cuidado para evitar su rotura.
En el caso de que el pulgar no haya originado más que un sarmiento, éste se poda en pulgar, escogiéndose la vara entre los sarmientos nacidos de la vara del año anterior.
Operaciones en verde.
Las operaciones en verde son aquellas prácticas que se llevan a cabo durante la fase de vegetación de la vid. No todas ellas implican cortes, por lo que no deben denominarse podas.
Las principales finalidades de las operaciones en verde son:
– Ayudar a mantener la forma de la cepa.
– Favorecer la producción y calidad de los frutos.
Las operaciones en verde que se van a realizar son las siguientes:
• Aclareo o supresión de brotes herbáceos.
Cuando la supresión es de brotes de madera vieja se denomina “espergurado”, “despampanado”, “desforrocinado”,… . Esta consiste en la supresión en estado herbáceo de los brotes que salen de la madera vieja (tronco y brazos).
Se realiza en mayo, siempre esperando a que hayan pasado las heladas primaverales. Los pámpanos se desprenden con facilidad y la herida dejada es pequeña. Se efectúa con tijeras manuales.
La práctica del espergurado es muy recomendable, ya que mejora la calidad del fruto, facilita y abarata la poda siguiente, facilita la vendimia y reduce al mínimo las heridas que envejecen la cepa.
• Elevación de pámpanos.
Los pámpanos de la vid tienen un crecimiento vertical que les permite llegar hasta el segundo alambre de la espaldera. Pero cuando siguen creciendo, por el propio peso tienden a inclinarse hacia el suelo. Para llevarlos al tercer alambre se emplea una elevadora-sujetadora de pámpanos que, como su nombre indica, los eleva a la vez que los sujeta.
Este apero va suspendido del tractor, recoge automáticamente los alambres al entrar en la fila, y los libera también automáticamente al salir. Coloca unas 1.500 grapas/ha., es decir, aproximadamente cada 2,2 m. Además realiza un despunte de la parte superior de los pámpanos que sobrepasan la espaldera.
Esta operación se realiza cuando la cepa está ya bien formada, a partir del 5º año. Se va a llevar a cabo en el mes de junio.
EQUIPOS UTILIZADOS PARA LA REALIZACIÓN DE LA PODA.
Poda de invierno: En la poda de invierno se empleará un equipo de poda eléctrico, es decir, se utilizaran tijeras eléctricas las cuales son cargadas en el almacén antes de empezar la jornada de poda, debido a que la bateria unicamente aguanta 8 h dependiendo de la utilizacion de estas.
Poda de verano: Esta poda se realizará mediante tijeras de fricción normales, debido a que en la época en que se realiza, los chupones a eliminar, poseen un diámetro pequeño, que apenas exige esfuerzo al podador.
Prepoda: Se va a emplear una prepodadora giratoria con dos rotores de cuchillas, que giran cada uno alrededor de un eje vertical. Cada rotor pasa por un lado de los alambres de la espaldera y al juntarse cortan los sarmientos. Esta prepodadora va acoplada al tractor y situada en el lateral derecho del mismo, para que el tractorista pueda en todo momento controlar la operación. La velocidad de trabajo de esta maquina es de unos 4 Km./hora.
La prepoda se realiza durante el mes de diciembre, y será necesario el uso de un tractor y de una prepodadora.
NORMAS FUNDAMENTALES PARA LA EJECUCIÓN DE LA PODA.
DETERMINACIÓN DE LA CARGA.
La carga es el numero de yemas francas o fértiles dejadas en la cepa en el momento de la poda. Sin embargo, no todas éstas yemas tienen la misma fertilidad.
La carga que se deje en la cepa ha de estar acorde con el vigor de la misma. A la hora de observar el vigor de la cepa se pueden dar dos circunstancias:
1. Que el podador tenga en cuenta el número y grosor de los sarmientos que tiene la cepa. Si dicho número es similar al que tuvo el año anterior, comprobará el grosor que tuvieron los de la vegetación anterior, y de esta comparación deducirá si hay ganancia (si son más gruesos), pérdida (si son más delgados), o si son de igual grosor. Esto indica, respectivamente, que el vigor crece, disminuye o se estaciona.
2. Que el podador tenga en cuenta el mayor o menor número de chupones eliminados en el espergurado. Si ese número es elevado significará que han brotado muchas yemas y por lo tanto el vigor es elevado.
Una vez comprobado el vigor de la cepa, si este crece se aumentará la carga, pero no de forma exagerada, ya que podría ocasionar un debilitamiento en la cepa durante varios años. En este caso se tendrá una carga de 16 yemas por cepa, lo que suponen 35.555,52 yemas francas/ha.
ELECCIÓN DE SARMIENTOS.
Al podar es preciso hacer una correcta elección de los sarmientos que formaran el tronco, los brazos y los pulgares de la cepa. Esta elección depende fundamentalmente del sistema de conducción elegido, pero también hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones:
• Elección de sarmientos destinados a la formación del tronco y los brazos:
Para formar el tronco y los brazos de la cepa se elige la porción más cercana a la base de los sarmientos, ya que en ella los entrenudos son más cortos y hay mas regiones resistentes.
Los troncos y brazos formados con estas porciones serán más rígidos y menos expuestos a roturas y a inclinarse.
Para la formación de los brazos de la cepa, conviene elegir los dos sarmientos superiores del tronco, debiendo ser estos, resistentes a roturas y sin tendencia a inclinarse.
La operación de formación y poda de los brazos de la cepa va a estar basada en los siguientes puntos:
– Cuando los sarmientos destinados a la formación de brazos tengan una longitud excesiva y su grosor es menor de un centímetro, es conveniente realizar un rebaje del mismo y esperar al año siguiente para acabar de terminar la formación del brazo.
– Si los brazos elegidos tienen una mala dirección y conformación, y posteriormente obtenemos otro sarmiento que presenta mejores condiciones para ser utilizado como brazo, se deberá realizar una poda de sustitución, eliminando el antiguo brazo.
– Si se producen daños en la madera vieja, por acciones meteorológicas como fuertes heladas, o mecánicas, por daños producidos por los aperos, se deberá eliminar la madera dañada y proceder a sustituirla. Para la sustitución de brazos dañados, o mal formados, se recurre generalmente a chupones que brotan de la madera vieja, debiendo ser vigorosos y estar bien colocados.
• Elección de sarmientos destinados a la formación de pulgares:
La elección es diferente dependiendo del sistema de poda adoptado. Para una poda en Guyot doble es necesario tener en cuenta las siguientes circunstancias:
1. No se utilizarán esperguras, salvo en casos excepcionales de heladas, pedriscos, modificaciones por vejez y otras causas, ya que normalmente son infértiles.
2. Se seleccionaran los sarmientos de vigor individual medio, ya que los muy gruesos tienen yemas poco fructíferas y los muy débiles, aunque en algunos casos las tengan, darán brotes poco vigorosos, incapaces de nutrir debidamente sus frutos.
3. Se tendrá en cuenta el arranque del nuevo pulgar, a fin de que tenga origen firme.
4. Se procurará que ambos brazos lleven pulgares del mismo grosor, para equilibrar así el vigor de la cepa.
EJECUCIÓN DE LOS CORTES
Se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones a la hora de efectuar los cortes:
– Los cortes deben ser limpios, de la menor sección posible y lisos.
– Se deben realizar de una sola vez, para lo cual las tijeras deben estar siempre limpias y bien afiladas.
– Los cortes sobre los chupones deben ser limpios y por su base pero sin afectar a la madera vieja.
– Los cortes sobre sarmientos se darán por encima de la última yema respetada, salvo que su longitud sea excesiva, caso en el que el corte se dará unos tres centímetros por encima de esta.
– Los cortes sobre madera vieja se deberán dar en dirección opuesta a la posición ocupada por el órgano elegido para sustituir a dicha madera vieja y se dejará un pequeño tocón de longitud aproximadamente igual al diámetro.
CASOS EXCEPCIONALES DE PODA
1. Poda en viñas que han sufrido heladas:
La actuación sobre la cepa dependerá de la intensidad de la helada y del desarrollo de la cepa.
Si la helada es temprana y la brotación es aún incipiente, con algunas yemas dormidas, solo cabe esperar que broten dichas yemas.
Si la helada es más tardía, como norma general se repodará por encima de la última yema que respetó la helada, con el fin de obtener brotes en la base de los pulgares y concentrar en esos pocos brotes el vigor de la cepa.
Posteriormente, en la poda en verde, se eliminarán todos los chupones inútiles y se conservarán aquellos brotes que se van a emplear en la poda del siguiente año. De esta forma se va a procurar que los sarmientos que se obtengan al año siguiente tengan un vigor aceptable.
Si la helada se produce más tarde y de modo poco intenso, afectando a las regiones medias de los pámpanos, estos se rebajan a tijera, hasta que el corte aparezca bien verde, con el fin de que estos pámpanos y sus nietos continúen su crecimiento y quizá algún racimo llegue a madurar.
2. Poda en viñas que han sufrido pedrisco:
Las viñas que han sufrido pedrisco pierden la cosecha del año, conformada en los racimos florales y frutos existentes, según su estado de desarrollo, quedando comprometida la del año siguiente. Tras el pedrisco conviene realizar una poda con el fin de obtener una nueva brotación, que puede dar lugar a una pequeña cosecha, y sobre todo conseguir unas yemas de poda perfectamente conformadas para mejorar la brotación y cosecha del año siguiente.
Si el pedrisco es intenso antes de la floración, hay que podar los pámpanos dañados a unos pocos centímetros de su inserción en el brazo. Después se eliminan los chupones para conseguir madera apropiada para la poda del año siguiente y poder recolectar algo de uva.
En granizadas tardías, es decir, las que se producen 20 o 30 días después de la floración, poco o nada puede hacerse, ya que el período vegetativo que queda es demasiado corto.
Cuando la granizada se produce entre la floración y los 20 o 30 días que la suceden y la otoñada se presenta con buenas temperaturas, las yemas de los nuevos brotes tienen tiempo suficiente para conformarse perfectamente. En cambio, si la otoñada se presenta con temperaturas tempranas bajas, las yemas no podrán conformarse adecuadamente.