A la memoria de José María Barrios Maqueda. Trabajador agrícola por cuenta ajena En la agricultura, como en otros sectores productivos, existe una serie de enfermedades profesionales. Las enfermedades profesionales son aquellas enfermedades adquiridas por el ejercicio de una actividad laboral. Sin embargo, para las Autoridades Gubernamentales no se presenta así, pues, en tal caso, cualquier dolencia del trabajo sería enfermedad profesional, y por ello, en Mayo del 78, presentó un Anexo donde especifica las enfermedades profesionales.
No es momento, aquí y ahora, de valorar ese anexo R.D. 1995/78, de 12 de mayo. Ya hay voces por ahí. Pero, tal como está definida en dicho Decreto, parece que las enfermedades profesionales eran propias exclusivamente de los sectores primario y segundario, es decir, la agricultura y la industria.
Sin embargo, en la agricultura parece que ha incidido poco, por no decir nada, y eso que, por entonces y aún antes, la agricultura sufría una invasión al estilo más salvaje de agentes químicos, y que ahora parece reducido gracias a las nuevas ideas de agricultura integrada, agricultura ecológica, etc..
Los productos químicos en la agricultura empezaron a utilizarse a partir de mediados de la década de los sesenta. Llegaban de fuera, y parecían la panacea de la agricultura. Recuerdese aquel anuncio del caballo pegado en las esquinas que anunciaba el nitrato de chile. En verdad, ni los técnicos, ni los empresarios, ni las autoridades, y menos aún los trabajadores, podían imaginarse que dichos productos que mataban las hiervas, o los insectos, y aquellas sustancias químicas que reverdecía los árboles, dando buenas cosechas, fueran tan perjudiciales para la salud el ser humano, y por eso ponían pocos, ningunos remedios para proteger la salud del aplicador, es decir: del hombre de campo Desgraciadamente, hoy, todavía suele verse por ahí gente aplicando productos fitosanitarios sin equipos de protección individual. Por tanto, la situación ha cambiado poco, y creo que ha cambiado poco porque esos trabajadores que han muerto destrozados por dentro con un enema pulmonar u otra enfermedad profesional no han presentado su historia clínica como una enfermedad profesional.
Sin embargo, ese trabajador agrícola enfermo profesionalmente –cuya categoría no pasa de peón agrícola- ¿ cómo puede presentarse ante la autoridad sanitaria para exponer y demostrar que ha enfermado por la actividad profesional ? ¿ Quién ha de levantar acta de que la enfermedad que tal o cual trabajador es enfermedad profesional y como tal ha de ser atendido ?
En agricultura se sigue empleando una serie amplia de elementos químicos simples y compuestos, en sus estados sólidos, líquidos y gaseosos. Pese a todo, hoy, el trabajador que manipula esos productos químicos sabe que son peligrosos para la salud, aunque apenas pone remedios preventivos, y si a eso se le suma el poco interés de obligatoriedad por parte de los responsables superiores de imponer normas y medidas preventivas resulta que el sector agrario puede generar anualmente un veinticinco por ciento de enfermos profesionales.
Antonio Barrios. Para contactar con el autor haz click aquí