Dos estratos de edad bien definidos y con planteamientos claramente diferenciados se daban cita para discutir sobre el pasado, presente y, sobre todo, del futuro de la Ingeniería de Montes en nuestro país ponían todavía más de relevancia en los distintos pronósticos sobre la Ingeniería de Montes en el siglo XXI.
El Congreso se ha desarrollado en siete sesiones de trabajo relativas a los siguientes temas:
· La identidad profesional
· La proyección del ingeniero de montes y del colectivo profesional ante la sociedad
· La política forestal
· El ingeniero de montes y el medio ambiente, el desarrollo rural y la ordenación del territorio
· El ingeniero de montes en las Administraciones públicas y en organismos internacionales
· El ingeniero de montes en la empresa y en el ejercicio libre de la profesión
· La enseñanza, la investigación y las nuevas tecnologías en la profesión
Uno de los principales problemas detectados es precisamente la pérdida de cuota de mercado por el desconocimiento de la labor de los Ingenieros de Montes por la sociedad en general, y por tanto la subestimación /desconocimiento de su ámbito competencial (El forestal sí sabe qué es un monte pero la sociedad actual, no). La conveniencia del cambio del nombre de la titulación fue con ello uno de los temas centrales. Se puso de ejemplo la ampliación de Ingenieros Navales a “y oceanográficos”, como posible estrategia a seguir.
Para dar respuesta a esta falta de comunicación y promoción de la IM, se ha creado un grupo de trabajo bajo la denominación de “Marketing social y comunicación”.
Como otra estrategia de imagen se incitó a “buscar votos” en el medio urbano y no en el rural, puesto que es ahí donde se concentra la mayor parte de la población. Así hay que potenciar la imagen de que el IM ofrece bienes y servicios en el medio rural para los ciudadanos de la urbe.
Posiciones menos optimistas destacaban el problema común para el sector como la falta de inversiones que genera con ello el que se mantenga en una situación “cutre” en el sector forestal en estos momentos. (p.ej., un peón forestal en régimen especial agrario REA gana 5,5 euros/hora mientras que un peón sin cualificación en el régimen general de cotización gana 11 euros/hora)
Posiciones más optimistas destacaban los proyectos innovadores de actuaciones en campos de medio ambiente fuera de los típicos forestales, en que se demuestre la calidad y lo pionero de los trabajos de IM en materias de depuración de aguas, control de ruidos, control ambiental mediante bioindicadores, etc., pasando con esto a convertirse en auténticos ingenieros ambientales.
En cuanto a la enseñanza el principal cambio cuantitativo ha sido la creación de cinco escuelas por todo el territorio español, eliminando con ello el monopolio de la escuela de Madrid. Esto conlleva igualmente una diversificación de los curriculums de los nuevos profesionales. El aumento de competencia al superar la oferta a la demanda prevé una mayor “selección natural y mejora de la especie”.
Se habló del sistema 4 + 1 propuesto en el convenio de Bolonia sobre homologación de la enseñanza universitaria en Europa, haciendo mención a los 1000 titulados anuales que podrían proceder así de las más de 15 escuelas forestales de España.
Las principales carencias formativas se listaron como: ciencias sociales, diseño de experimentos, productos madereros, ordenación del territorio, prevención y extinción de incendios forestales, espacios naturales protegidos, etc.
Entre los nuevos nichos de empleo que se han comentado durante el congreso aparecen, los grupos de apoyo a la extinción de incendios forestales (a modo de los GRAF de Cataluña), técnico de medio ambiente natural en los municipios, educación ambiental, gestión de fincas cinegéticas, etc.
Los jóvenes destacaron especialmente la precariedad de sus condiciones de trabajo, sobre todo en los puestos de becarios en universidades, en empresas forestales públicas, y también ante el rechazo de la titulación de IM en grandes empresas constructoras, etc.