La Red NATURA 2000, desde sus orígenes, responde a la inquietud de la verdadera actuación justa sobre las ayudas e indemnizaciones agrícolas, así como la reforestación y mantenimiento de las tierras agrarias, identificándolos con la mayor eficacia posible.
El objetivo prioritario es, por un lado, el de mantener la biodiversidad en un avance sostenible, controlando los biotopos de las especies registradas y, por otro, una especial atención al mantenimiento de las zonas de buen rendimiento agrícola, con lo que ellos supone para evitar la despoblación rural y la incorporación al mercado de alimentos de calidad natural, frente a aquellos procedentes de cultivos más dirigidos artificialmente.
La biodiversidad europea se trata como un carácter que dota de identidad a diferentes zonas del territorio, destacando por sus aspectos biológicos y genéticos principalmente.
En cifras, puede concretarse en la presencia en territorio del viejo continente de unas 1000 especies vegetales terrestres, algo más de 150 especies de mamíferos, 520 de aves, 180 de anfibios y reptiles, 150 de peces y un número que sobrepasa el centenar de miles de invertebrados catalogados.
En general la situación de las especies, en cualquiera de los grupos que nos movamos, es preocupante. Llega a ser alarmante en el caso de los ecosistemas marinos.
La MITAD de las especies de mamíferos se encuentran amenazadas de una u otra manera, lo mismo ocurre con los reptiles y anfibios en la cantidad de UN TERCIO. Las cifras son mucho más controvertidas cuando nos trasladamos al aire, a evaluar las aves, o a las aguas marinas. Sin embargo, en este último caso, todos coinciden en que hay que hablar ya no de amenaza, sino de serio peligro de extinción en proporciones que no bajan en ningún caso del 60 ó 70%.
La razón de semejante desfavorecimiento de las especies amenazadas reside en la modificación no natural de sus entornos, es decir, de al adulteración de sus correspondientes biotopos. A ello han venido colaborando elementos tan dispares como agricultura y selvicultura mal proyectadas, turismo sin control, transportes a motor, o los residuos procedentes de las industrias.
Los espacios vitales característicos destacados como más desfavorecidos se pueden clasificar en cuatro grupos. En el primero de ellos se apuntan aquellos que preocupan por el descenso alarmante de la superficie que ocupaban. Así cabe destacar los sistemas de dunas, que se calcula han desaparecido en un 75%, o las estepas, turbera y brezales, cuya afección superficial se ha cifrado en un 60%.
En el segundo grupo, proponemos incluir los biotopos formados con gran influencia de la actividad humana. El pastoreo, determinadas formas de agricultura e incluso montes de aprovechamientos básicos como leñas, ramoneos, etcétera, son actividades de origen artificial tan presentes en nuestros territorios que han formado biotopos (que nosotros denominamos naturales modificados) que incluyen al hombre como una de las especies de cohabitación.
En todos estos casos, se ha producido un incesante abandono de actividad que ha hecho que, al faltar una de las especies principales, se hayan producido desequilibrios descontrolados e indeseables.
El tercero de los grupos, incluye los ecosistemas fluviales y los estuarios, cuya degradación es tan evidente como alarmante.
Construcción
La red se construye con base una base legal compuesta por dos directivas europeas: la de Aves (79/409/CEE) y la llamada de Hábitats -anglicismo extendido como sinónimo de biotopo- (92/43/CEE). En la primera se destaca la existencia de 181 especies de aves seriamente amenazadas, y hace un especial énfasis en la importancia de las migratorias.
Con el conjunto de objetivos fijado, el trabajo se organizó en cuatro fases. A continuación se citan sus nombres y utilidades:
Fase previa: se solicita a cada estado miembro una lista de biotopos y especies a proteger, a entregar en las oficinas de la Comisión Europea.
Fase de concertación: equipos de trabajo conjuntos de la Comunidad Europea y cada uno de los estados miembros, estudian los caminos migratorios, ocupación en superficie, compatibilidad o coexistencia de biotopos o especies genéticamente separados en origen, etcétera. Con estas características definidas se determinan los LICs, es decir, los Lugares de Importancia Comunitaria.
Fase final: todos los espacios que obtuvieron la designación de LIC, debían ser declarados ZEC (Zona de Especial Conservación) por cada Estado participante en un período de tiempo que presentaba como límite el año 2004.
Biotopos de Aves: los estados miembros son las administraciones competentes a la hora de fijar las ZEPAs (Zona de Especial Protección de Aves), atendiendo a razones análogas a las empleadas para las declaraciones de LIC y añadiendo a las mismas las características de la avifauna zonal.
Regiones bio-climáticas
Se han definido estás regiones como entes zonales de comunes identidades naturales. Se describen seis distintas.
Son las reconocidas como: boreal, continental, alpina, atlántica, macaronésica y mediterránea. Todas ellas, excluyendo las dos primeras, se encuentran representadas es España por diferentes biotopos y especies, en los términos descritos anteriormente ya sea como LIC, ZEC o ZEPA.
La Región Alpina tiene su espacio español en la cordillera de Los Pirineos, la Macaronésica se encuentra representada en La Islas Canarias, la Región Atlántica en la España Cantábrica y, por último, la Mediterránea en gran parte de la Península e Islas Baleares. Resultados
Una vez concluidas con éxito las fases diseñadas, el mapa de zonas protegidas por una u otra razón resulta ser una ocupación muy importante en superficie en relación al territorio de la Comunidad Europea. El efecto positivo es obvio, sin embargo entre los espacios componentes de la Red Natura 2000, resultaron quedar incluidas una gran parte de las tierras agrícolas y casi la totalidad de las zonas dedicadas a la selvicultura.
Esto levantó (y aún hoy lo sigue haciendo) recelos en propietarios y agricultores en activo. Se trata de espacios que quizá nunca hubieran entrado en el catálogo de la RN2000 de no ser por las actividades humanas que allí se mantienen y han venido realizando históricamente.
Desde la RN2000 se recuerda que en ningún caso la inclusión de tierras de aprovechamiento en cualquiera de las fórmulas de espacios protegidos catalogadas, puede hacer peligrar su actividad productiva. Más bien al contrario, se sabe que esas superficies pertenecen a la esencia misma que constituyen los biotopos que integran. Así se entiende al haberlo considerado un grupo específico de espacios vitales característicos, citado en segundo caso en este mismo artículo.
Por tanto, en esos casos, se considera la humana una especie más componente del biotopo y así se trata de mantener sus influencias e interactividades del mismo modo que se realiza con el resto de sus habitantes.
Frenar los procesos productivos tendría efectos no deseados sobre especies incluidas en los catálogos. Es fácil ver al viajar por España, la adaptación a la caza sobre cultivo de aves rapaces en peligro, por ejemplo.
O por realizar citas más científicas se pueden tomar del informe «Nature 2000 et Agriculture» -firmado por Bertrand Delpeuch-, las relaciones de absoluta dependencia de la avutarda (Otis tarda) con el cultivo de grano en las zonas centrales de España en las que está presente, o llegando hasta los bosques del sur de Suecia, la análoga del escarabajo eremita (Osmoderma eremita) en relación con las grandes extensiones de pastos.
Únicamente en bosques vírgenes y cuevas subterráneas, la RN2000 plantea espacios protegidos carentes de aprovechamiento alguno. Sin embargo, esto no ha de ser un problema para zonas rurales productivas sin sus habitantes puesto que en ellas, hasta el momento, no se han desarrollado