Y como todos los años, ya estamos de nuevo en el principio y ya ha pasado lo que pasa todos los años.
El irresponsable que piensa que llegar el primero al mercado le va a dar todos los beneficios de la temporada.
Pues bien, eso de llegar el primero al mercado está muy bien, pero, ¡joder!. Hay que llegar con fruta de óptima calidad para el cliente que compre nuestra fruta vuelva a repetir y nos siga comprando.
Hay que olvidarse de llegar el primero con lo que sea y mientras el cien por cien de todo el comercio citrícola no piense así nos llevaremos más disgustos que alegrías. De momento, ya tenemos las primeras variedades de nuestros cítricos en los mercados.
El principio con las clausellinas fue casi desastroso; fruta sin ninguna consistencia gustativa y si ya miramos el color… para echar a correr. Muchas de estas primeras clementinas les faltaba casi el cuarenta por ciento del color. Y al día de hoy, ya se están comercializando las primeras marisoles. Parece que la aceptación está siendo buena y los aforos oficiales hablan de una sensible merma de cosecha con respecto a la campaña pasada en esta variedad, así como un diez o quince por ciento menos. Todo lo expresado anteriormente, para mí, sólo quiere decir una cosa.
Pues si la campaña pasada sobraron de clementinas casi un veinticinco por ciento esta campaña van a sobrar un diez o quince por ciento menos, pero aún continúan sobrando. Por eso, yo personalmente no entiendo la euforia que se ha desatado en algunas zonas citrícolas. Además, la prueba está en las navelinas. En la zona sur de Alicante las compras están prácticamente paralizadas, y lor precios de los que se está hablando (en torno a las veinticinco pesetas/kg) demuestran mucha cautela por parte del comercio. Los comerciantes no queremos volver a sufrir los desengaños del año pasado.
Por todos estos factores recomiendo a los comerciantes: ¡Señores, mucho cuidado este año! que las cosas no son lo que parecen.