El protocolo de Kyoto, permitía a las partes implicadas la transferencia y adquisición de créditos de carbono y de derechos de emisión.
Actualmente a raíz de la Directiva aprobada en el mes de julio por el Parlamento Europeo, que regulará el comercio de emisiones de CO2, las industrias podrán comercializar las emisiones de estos gases a partir del año 2005.
Las empresas que sean capaces de reducir sus emisiones de gases efecto invernadero por debajo de su cuota, podrán venderlas a las que aún no estén preparadas. Entre los mecanismos para reducir los GEI, se encuentran los SUMIDEROS. En este punto es donde los profesionales forestales debemos desplegar nuestro ingenio para introducirnos en este mercado e implicar de forma efectiva a nuestros montes. La captación de CO2 de las masas forestales es un hecho contrastado que debemos aprovechar en relación al epígrafe de los sumideros.
El Banco Mundial administra el llamado Bio Carbon Fund, que financiará proyectos de secuestro de carbono en sistemas agrícolas y forestales. Debemos estudiar la forma de establecer los mecanismos para que las empresas que no cumplan las reducciones puedan invertir en masas forestales, potenciar los bosques como sumideros captadores de CO2 y de que los presupuestos de proyectos como Bio Carbon Fund lleguen a nuestros montes. Debemos llegar a tiempo a todo ello, por lo que hay que empezar a prolongar nuestra visión de futuro.