La Comunitat Valenciana es la tercera con mayor número de solicitudes aceptadas tras Castilla-La Mancha (4.291 solicitudes con un total de 20.018 hectáreas) y Navarra (422 solicitudes y 1.181 has). Extremadura también posee un mayor número de hectáreas concedidas (1.276), aunque menos solicitudes que la CV (194).
La reforma de la Organización Común del Mercado en el sector del vino, aprobada por un Reglamento europeo en 2008, contenía modificaciones y entre ellas la implantación del Régimen de Arranque durante las campañas 2008/2009, 2009/2010 y 2010/2011, que permite a los viticultores retirar de la producción vitivinícola las superficies aceptadas y percibir una prima por arranque.
El número de solicitudes que han logrado la prima de arranque en todo el Estado español asciende a la cantidad de 6.241 para una superficie de 26.472 hectáreas. El importe de las solicitudes asciende a una cifra cercana a los 127 millones de euros. Estas cifras representan que España se lleva el 46% del total de los 276 millones de euros previstos para toda la Unión Europea, mientras que en el primer año de vigencia representaba el 51%. Los números finales son muy diferentes a los presentados inicialmente pues España ha rebasado esta campaña el presupuesto asignado. Las solicitudes demandadas para arranque de viña eran 9.798, con una superficie vitícola financiable de 41.751 hectáreas y más de 196 millones de euros.
Los datos definitivos de arranque de viñedo ponen de manifiesto que aquellas comunidades con una orientación a la calidad y una posición consolidada en el mercado no se han visto en la necesidad de recurrir al arranque. En este sentido cabe destacar la comunidad autónoma de La Rioja que no ha solicitado ni una sola hectárea de arranque o Castilla y León que apenas tiene 30 solicitudes. Por el contrario, se observa que en aquellas regiones productoras como la nuestra, con una preponderancia de los vinos a granel, los titulares de las explotaciones se han visto obligados a solicitar el arranque.
LA UNIÓ señala que una solicitud de arranque no se hace por gusto sino por pura necesidad. El conjunto del sector vitivinícola valenciano, incluyendo a la Administración, debería poner sus ojos en aquellas iniciativas exitosas, tanto de dentro de la Comunitat Valenciana como en otras zonas productoras del estado español o en la misma Francia que ha solicitado un porcentaje muy bajo de su superficie para arranque mientras que ese porcentaje en el caso de España es elevado.