El vicepresidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, aseguró que el despegue del sector vitivinícola de la región en las últimas décadas se debe fundamentalmente al trabajo conjunto de viticultores, cooperativas, bodegueros, Gobierno y de empresarios ilusionados que han sabido aprovechar las oportunidades que nos brindaba la política comunitaria y han aceptado el desafío de la calidad, de la apertura de mercados y de la innovación. “Estamos elaborando bien y tenemos que comercializar mejor”, dijo.
Barreda, que hizo estas manifestaciones en la presentación de la segunda edición de la Feria Nacional del Vino (FENAVIN), que se celebrará en Ciudad Real del 8 al 11 de mayo, destacó que este esfuerzo de modernización se traduce en una inversión superior a los 600 millones de euros (100.000 millones de pesetas) en los últimos años.
El Gobierno de Castilla-La Mancha, dijo, considera que el sector vitivinícola es un prioritario y, por eso, “valoramos, apoyamos y agradecemos este esfuerzo”. Barreda agregó que la excelente relación calidad-precio ha hecho posible que se incrementen nuestras exportaciones y que hay que seguir orientando el trabajo hacia la comercialización, por ejemplo, a través de eventos como FENAVIN, una feria que para el vicepresidente era tan “necesaria” como “imprescindible”.
El mayor viñedo del planeta
“Para nuestros pueblos, la viña no es sólo historia y cultura. Es nuestro medio ambiente, la tierra en la que vivimos. La viña es el pan de nuestros hijos y el verde de nuestros campos”, apuntó el vicepresidente, quien añadió que “somos el mayor viñedo del planeta”.
En este sentido, señaló que en Castilla-La Mancha hay más de 600.00 hectáreas de viñedo, que suponen el 52% de la superficie total dedicada a este cultivo viñedo en España, el 9% de la europea y el 6% de la mundial. Es nuestro mayor cultivo de carácter social, ya que afecta a más de 70.000 familias y genera 9’5 millones de jornales, que se traducen en unos 38.000 puestos de trabajo fijos.
Además, el vicepresidente recordó que nuestros caldos sostienen una de las industrias más importantes de la región, que da empleo casi a más de 3.000 trabajadores y factura anualmente unos 130.000 millones de pesetas.
Barreda indicó que aunque detrás de estas cifras está la conjunción de circunstancias geográficas, climáticas y ambientales favorables y la disponibilidad de un valioso patrimonio genético, “esas cifras son, sobre todo, el resultado del trabajo, de la ilusión y del saber hacer de generaciones de castellano-manchegos que enlazaron sus vidas con las pámpanas y los sarmientos”.
Calidad de nuestros caldos
En Castilla-La Mancha, hoy contamos con diez Denominaciones de Origen (Vinos de Almansa, Vinos de Jumilla, Vinos de la Mancha, Vinos de la Manchuela, Vinos de Méntrida, Vinos de Mondéjar y Vinos de Valdepeñas, a las que hay que sumar Vinos de la Tierra de Castilla-La Mancha, Vinos de Calidad Reconocida Producida en Pagos Determinados y Vinos de la Ribera del Júcar).
También se ha puesto en marcha el Instituto de la Vid y el Vino, para contribuir a mejorar la producción mediante la investigación y la experiencia; se ha impulsado la reestructuración varietal de muchos viñedos; ahora se está elaborando, de la mano del sector, la Ley Regional de la Viña y el Vino de Castilla-La Mancha. Finalmente, el vicepresidente expresó su deseo de que se apruebe, con el consenso de todos y sin rivalidades gratuitas, la Ley estatal del Vino.
JCCM