El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, asistieron en Toledo a la presentación pública de la Fundación “Castilla-La Mancha, Tierra de Viñedos”, una iniciativa pionera en España cuyos principales objetivos son promocionar el vino como alimento saludable, mejorar el seguimiento del mercado para identificar oportunidades de negocio, y conseguir mayor profesionalización y competitividad.
“Castilla-La Mancha, Tierra de Viñedos” se encargará de gestionar el Fondo de Promoción Vitivinícola de Castilla-La Mancha, que tendrá una dotación aproximada de nueve millones de euros anuales, para propiciar el conocimiento de los productos vínicos de la región en los mercados nacionales e internacionales, así como impulsar la comercialización mediante estrategias continuadas y una organización dirigida por profesionales.
Estos recursos económicos pueden verse incrementados con la participación de otras empresas y entidades. En el momento de su constitución, la Consejería de Agricultura aportó un millón de euros para el inicio de las actividades.
La Fundación surge para completar el profundo proceso de modernización del sector vitivinícola de Castilla-La Mancha que se ha desarrollado durante los últimos años. En la fase de la producción, los planes de reestructuración del viñedo han servido para diversificar variedades y mejorar las técnicas de cultivo. En las cooperativas y bodegas se ha producido una renovación de equipamientos y una aplicación de tecnología que sitúan a la región en el nivel más alto dentro del contexto nacional e internacional.
El último paso es dar a conocer a los mercados esta nueva realidad mediante acciones promocionales que impulsen la comercialización, y “Castilla-La Mancha, Tierra de Viñedos” surge como el principal instrumento para conseguir este objetivo.
De acuerdo con el volumen de producción, la mayor parte de los recursos se dedicarán a la promoción del vino, pero la Fundación también realizará actuaciones para impulsar las ventas del resto de productos que están basados en la uva, como son los mostos y los destilados que se elaboran con alcoholes vínicos.
A todas estas finalidades y motivaciones se refirió el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, en el discurso que cerró el acto de presentación. Sus palabras fueron precedidas por la intervención de la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, y de la consejera de Agricultura, Mercedes Gómez, quien participó como vicepresidenta de la Fundación.
Patronato de la Fundación
En el acto de presentación, fueron dados a conocer los 14 miembros iniciales del patronato de “Castilla-La Mancha, Tierra de Viñedos”, que es el órgano colegiado de gobierno y representación. Al tratarse de una Fundación privada, pero de iniciativa pública, la Consejería de Agricultura y el Instituto de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (IVICAM) son patronos natos, y estarán representados por sus titulares: Mercedes Gómez y Alipio Lara.
Tres patronos han sido propuestos por las organizaciones profesionales agrarias de Castilla-La Mancha (ASAJA, COAG-IR y UPA) y otros nueve han sido elegidos entre los titulares de instalaciones de transformación de uva de la región.
De este total reservado a los transformadores, UCAMAN ha propuesto seis patronos y tres pertenecen a las organizaciones empresariales representativas (ASEVICAMAN, CECAM y AEMZUCAMAN).
Entre todos estos miembros podrán proponer a otros seis patronos más, seleccionados entre personas jurídicas que quieran contribuir económicamente a las actividades de la Fundación o personas de prestigio que puedan aportar sus conocimientos para facilitar el logro de los objetivos marcados. En este sentido ya han manifestado el deseo de participar las Cajas Rurales de la región y Caja Castilla-La Mancha.
Los patronos aceptaron sus cargos el 3 de septiembre durante la constitución formal de “Castilla-La Mancha, Tierra de Viñedos” que se produjo ante notario.
Todos ellos deberán también designar al presidente y a los miembros del Comité de Auditoría y Buen Gobierno, tal y como establecen los Estatutos. La vicepresidencia queda reservada para la consejera de Agricultura, Mercedes Gómez, en representación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Las competencias del patronato son el nombramiento del director general, la aprobación de los planes de gestión elaborados por éste, la distribución y aplicación de fondos, el establecimiento de las prioridades de actuación y la aprobación de presupuestos.
Antecedentes y proceso de constitución
La Ley de la Viña y el Vino de Castilla-La Mancha, en su artículo 26, recoge la creación del Fondo de Promoción Vitivinícola. Esta norma fue consensuada con todos los representantes del sector durante su elaboración, y aprobada por las Cortes de Castilla-La Mancha el 20 de marzo de 2003.
Al contemplar la creación del Fondo de Promoción Vitivinícola, la Consejería de Agricultura encargó un estudio sobre la fórmula más adecuada de gestión, en el que se concluyó que la figura que mejor se adapta a los fines marcados es la de una fundación.
En noviembre de 2003 se inició la redacción de los Estatutos, que fueron presentados y consultados con todas las organizaciones y asociaciones representativas del sector regional hasta alcanzar el consenso. Por último, el 1 de agosto de 2004 el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha autorizó la creación de la Fundación y la asignación de un millón de euros de los presupuestos regionales, además de delegar en la consejera de Agricultura el otorgamiento de la escritura de constitución.
El sector vitivinícola en Castilla-La Mancha
En cifras de producción, el viñedo es el cultivo más importante de Castilla-La Mancha, donde se cultivan 600.000 hectáreas, una superficie que supone el 50% del total de España, el 16% en el ámbito comunitario (antes de la ampliación), y el 7,7% del viñedo mundial.
Un total de 70.000 familias de la región están relacionadas con esta actividad, que genera más de 9 millones de jornales anuales, lo que equivale a 38.000 puestos de trabajo fijo.
En el aspecto industrial, el sector cuenta con 160 empresas embotelladoras, que ponen en el mercado conjuntamente un volumen de 150 millones de botellas de vino y facturan unos 1.000 millones de euros al año. Estas cifras suponen el 37% de los establecimientos registrados como industrias vinícolas en España, supone el 40% de la Producción Bruta vitivinícola nacional y ocupa alrededor de 3.500 puestos de trabajo.
La mayor parte de la superficie de cultivo está destinada a las variedades blancas, aunque con los planes de reestructuración muchos viñedos se están orientando a variedades tintas. Destaca sobre todas la variedad Airén, a la que siguen la Macabeo, Meseguera y Albillo. En los últimos años, la mayor demanda de vinos aromáticos y afrutados ha provocado la introducción de la Chardonnay y la Sauvignon-Blanc.
En variedades tintas destaca la Cencibel, muy apreciada por sus características, así como la Garnacha, Monastrell y Bobal. El ascenso de demanda en tintos ha propiciado también la introducción de nuevas variedades como la Cabernet-Sauvignon, Merlot y Syrah.
Además, en Castilla-La Mancha se elaboran 5,4 millones de hectólitros de mosto y 5,2 millones de hectólitros de alcohol destinado a elaborar destilados, sobre todo brandys, según las cifras de la última campaña.
En exportaciones de vino se están registrando incrementos sostenidos, con una media del 20% anual. Destaca el año 2003, donde se produjo un aumento del 56% en litros exportados respecto al periodo anterior y del 31% en ingresos obtenidos en los mercados exteriores. Las cifras indican que nos encontramos en un buen momento y que hay posibilidad de mejorar los resultados con aumento de ventas en destinos consolidados e introducción en nuevos países.
En la región existen ocho Denominaciones de Origen, con una superficie de 273.135 hectáreas: Almansa, La Mancha, Manchuela, Méntrida, Mondéjar, Ribera del Júcar, Valdepeñas y Jumilla (esta DO tiene parte de su superficie en la Región de Murcia).
También existe la mención “Vinos de la Tierra de Castilla-La Mancha” que fue creada para facilitar la identificación en el mercado de unos vinos que responden a las demandas de una parcela de mercado distinta a la que opta por Denominaciones de Origen o vinos de mesa. Otra iniciativa fue aprobar la indicación “Vinos de Calidad Reconocida Producidos en Pagos Vitícolas” para caldos que no están acogidos a Denominación de Origen pero que tienen una imagen de calidad consolidada en los mercados. Por el momento, cuentan con esta etiqueta Finca Élez y Dominio de Valdepusa.
JCCM