Artículo de opinión de Cristóbal Torres: Secretario general de Upa-Castilla-La Mancha
El pasado 26 mayo, como años pasados en fechas similares, UPA-Castilla-La Mancha enviaba una carta a representantes de la industria bodeguera, cooperativas y organizaciones agrarias solicitando una reunión en la que “tratar de llegar a un acuerdo interprofesional que incluya precios de campaña, y a ser posible vaya desde producción de la uva al vino y al mosto”. UPA creía necesario “realizar un esfuerzo común que redunde en un mayor beneficio del sector” así como “garantizar la rentabilidad de las explotaciones”.
Sin embargo, este intento por consensuar unas relaciones interprofesionales que resultaran beneficiosas para todas las partes se saldó sin resultado ante el silencio de unos y las largas de otros. Así, a estas alturas del año nos volvemos a encontrar con el conflicto en plena vendimia, porque los industriales bodegueros, en vez de negociar, prefieren imponer unilateralmente unos precios irrisorios, prevaliéndose de su posición de poder. No deja de sorprender que quienes no contestaron en mayo, ahora vayan diciendo que hay que negociar “con tiempo”.
Todo esto ocurre en una campaña con buenas perspectivas de mercado, dado que apenas hay existencias en las bodegas, la cosecha ha sido corta en España y baja en el primer y segundo productores mundiales (Francia e Italia).
Los viticultores estamos haciendo un importante esfuerzo de reconversión, pero los bodegueros continúan procurando aumentar sus beneficios a costa de explotar al viticultor con el precio de la uva, en vez de ampliando su visión de mercado. Tanto es así, que se está pagando lo mismo por una uva que se destina a vino con Denominación de Origen que a vinagre.
Desde UPA-Castilla-La Mancha estamos convencidos de que el futuro del vino en la región pasa por crear unas relaciones modernas y estables entre productores e industriales. No deja de llamar la atención que en una región tan grande, el mayor viñedo del mundo, puedan coincidir precios en diferentes bodegas, y no sólo para una variedad, sino para diferentes variedades. Desde UPA incluso preferimos un “mal acuerdo” a un buen pleito, pero si éste es el modo en que los industriales establecen sus relaciones con los viticultores, no nos quedará otra salida para defender unos intereses que son de Justicia.
Artículo de opinión de Cristóbal Torres: Secretario general de Upa-Castilla-La Mancha
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