La aplicación de la OCM es uno de los puntos reivindicativos que han provocado las movilizaciones que LA UNIÓ iniciará el lunes en Utiel-Requena.
El Ministerio no sólo mantiene líneas de ayudas como la ayuda a la destilación para el alcohol de uso de boca que benefician fundamentalmente, tal y como están redactadas, a los alcoholeros y no a los agricultores, sino que ha conseguido convertir ayudas importantes como la reestructuración o la nueva línea de inversiones para la mejora de procesos productivos y comercializadores en actuaciones poco interesantes para los viticultores.
LA UNIÓ señala que las ayudas a las inversiones no contemplan la contratación de personal cuando esta línea es fundamental para poner en el mercado nuestros vinos y poder competir. En estos momentos no es tan importante mejorar los equipamientos de las bodegas, ya que por regla general están a la última, como poner en el mercado nuestros vinos para conseguir un mayor valor de nuestras producciones. LA UNIÓ ha demandado en las últimas fechas a las Administraciones Públicas, tanto autonómica como estatal, que se potenciara la línea de ayudas a las inversiones para pequeñas empresas y cooperativas con especial atención al aspecto comercializador y a las inversiones necesarias tanto en bienes inmuebles como en contratación de personal cualificado para la creación de marcas y puesta en el mercado de nuestros vinos.
Las ayudas a la reestructuración y reconversión que han sido durante los últimos años muy solicitadas por los productores valencianos quedan desvirtuadas al mantener los mismos niveles de ayuda que en el año 1999, pues no se han visto actualizados sus importes ni con el IPC. Únicamente si se tiene en cuenta el IPC, los niveles de ayudas se deberían haber incrementado en un 35,3 %. LA UNIÓ ha solicitado que las ayudas a la reestructuración y reconversión tengan un aumento de las ayudas, ya que los costes de preparación del suelo, arranque, plantas nuevas, etc., se han incrementado espectacularmente.
El mantenimiento durante dos años de las ayudas a la destilación en forma de un pago por hectárea para aquellas superficies que durante los últimos años hubieran hecho entregas de vino para destilación, deja a la bodega o cooperativa en manos del alcoholero ya que éste no se ve obligado a firmar un contrato y sin este contrato la bodega y, por tanto sus viticultores, no cobrarían la ayuda.
Además, no se establece un precio mínimo garantizado para la compra del vino destinado a destilación y la ayuda por hectárea no cubre los costes de producción del vino, así se da la paradoja que una vez cobrada la ayuda y el vino para destilación a precios de mercado no se cubran ni los costes de producción. Al ponerse en marcha esta ayuda, casi la totalidad de las 13.132 hectáreas de la DO Valencia se quedarán por ejemplo fuera de las ayudas ya que han apostado por el vino embotellado y no por la destilación.
En este sentido, LA UNIÓ siempre ha estado en contra del mantenimiento de las ayudas a la destilación tal y como las plantea el Reglamento europeo y el propio Ministerio. Desde LA UNIÓ se apuesta porque esta línea de ayudas no se elija, ya que sólo beneficia a las alcoholeras quedando el viticultor en manos de ellas. Plantea en contraposición una ayuda a la hectárea para todas las plantaciones cultivadas diferenciando únicamente entre aquellas cuya uva se convierte en vino de DO y las que no, con una prima por hectárea mayor para las últimas al ser el valor de su producción menor en teoría que las de las uvas que se comercializan con el sello de la DO. Esta prima que sería creciente con los años podría alcanzar a partir del año 2012 una cantidad que oscile los 280 euros por hectárea para toda la superficie de viñedo de la Comunitat Valenciana.
COAG-LA UNIÓ