El gobierno francés realizará acciones en apoyo de las exportaciones de su vino

Las ventas en Estados Unidos de vinos tranquilos
se han reducido un 25% en los últimos cuatro meses, bajo la influencia, en cierta
medida, de la reacción de los consumidores americanos ante la posición de
Francia con relación al problema irakí, y a esto se une la necesidad de adoptar las
nuevas reglas establecidas por la Administración
norteamericana para afrontar los riesgos del
bioterrorismo.
El Ministro Gaymard ha propuesto la puesta en marcha
de una auténtica “task force” en la que participe la
Administración y las empresas exportadoras, ante los
resultados de un estudio realizado el pasado julio sobre
la situación de los vinos franceses en Estados Unidos,
realizado a instancias de las empresas. Como primera
medida, será destinado en la Embajada francesa en
Washington un becario con dedicación exclusiva al
sector y se prestará apoyo especial a la presencia de
vinos franceses en los dos grandes salones
especializados que se celebrarán en mayo en Las Vegas y en junio en Chicago.
Por otra parte, la Oficina interprofesional ONIVINS participa en los gastos de la
campaña informativa que está realizando entre sus asociados la Federación de
Exportadores de Vinos y Bebidas Espirituosas y en el reclutamiento de un
gabinete jurídico estadounidense que ayude a los exportadores a cumplir las
exigencias del “Bioterrorism Act”.
La Federación Nacional de Sindicatos de Empresarios Agrícolas (FNSEA) ha
criticado duramente, a través de un comunicado de prensa, la decisión de la
Asociación Nacional Interprofesional de Vinos de Mesa y de País, ANIVIT, de crear
una marca para los vinos de país, especialmente para los destinados a la
exportación, que se denominaría “Valles de Francia” y que intentaría luchar con
armas iguales frente a la competencia creciente de los vinos de otras
procedencias.
La FNSEA indica en su comunicado que la solución para reconquistar los
mercados no pasa por imitar lo que hacen los nuevos países productores, sino
por continuar con la política, instaurada desde la creación del Instituto Nacional
de Denominaciones de Origen (INAO) en 1935, envidiada e imitada por todos, del
“ terroir”, la calidad y la diversidad sobre la que se apoyan los vinos de país. Los
agricultores no aceptan una orientación hacia la elaboración de vinos
industriales, que les dejaría el papel de meros aportadores de uvas, cuyos
ingresos dependerían por completo de la decisión de los elaboradores.
Por otra parte, estos vinos no podrían competir, ahogados en la marea de los
procedentes de cualquier sitio, cuyas condiciones climáticas, sociales y fiscales
desafían cualquier competencia, opina la FNSEA.
La respuesta de ANIVIT no se ha hecho esperar para, sin ánimo de polemizar,
aclarar que no se trata de elaborar un producto industrial, sino de crear una
imagen de Francia que da a cada uno los medios para luchar en igualdad de
condiciones contra la competencia, especialmente en los mercados exteriores.
Además, indica ANIVIT, se está discutiendo la forma de poner en marcha
compromisos plurianuales de suministro de materia prima con requisitos de
cantidad y calidad, compartiendo de manera equitativa el valor añadido entre
agricultores y elaboradores.

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