El Gobierno valenciano afirma que la prórroga en los préstamos es una ventaja para los viticultores

En la moratoria, gestionada por la Generalitat, participan la Federación de Cajas Rurales Valencianas, Bancaja, Banco de Valencia, Caja de Ahorros de Murcia y Caixa Catalunya.

Agricultura destina 1,3 millones de euros con los que asumirá el pago durante dos años de los intereses de los créditos solicitados por viticultores de la Comunidad Valenciana para la modernización de las explotaciones o la incorporación de jóvenes agricultores al sector.

Así, se beneficiarán más de 600 titulares de explotaciones agrarias de la Comunidad –200 en la comarca de Utiel-Requena– que recibieron ayudas estructurales de la Conselleria para estos fines antes del 1 de enero de 2009, y que tengan pendiente amortizaciones anuales de capital superiores a 2.000 euros de estos préstamos.

Hernández resaltó que esta iniciativa se une a la moratoria firmada en mayo de 2009 para la devolución del capital pendiente de los préstamos del Instituto de Crédito Oficial (ICO) suscritos por los agricultores de la Comunidad Valenciana con diferentes entidades financieras para paliar los daños ocasionados por las heladas y el pedrisco ocurridos en los meses de enero, febrero y marzo de 2005.

Destacó que, al igual que en esta ocasión, «el Consell tuvo que afrontar en solitario el coste de la moratoria, con un esfuerzo económico de más de 8,4 millones de euros, ante la negativa del Gobierno a colaborar con medida que benefició a más de 6.600 agricultores de la Comunidad Valenciana».

Por otra parte, Maritina Hernández comprobó los trabajos de reestructuración que se llevan a cabo en Utiel. En concreto, durante 2008, 2009 y 2010, el Consell aprobó 1.567 planes de reestructuración o reconversión de viñedo para cuya subvención se destinó un presupuesto de más de 18,1 millones de euros.

Con estas ayudas, la Conselleria persigue que los viticultores puedan «disponer de unas estructuras productivas adecuadas a las actuales necesidades, y les permita incrementar su competitividad» y «reconvertir aquellas variedades que han quedado fuera del consumo habitual, por otras que tengan más futuro desde el punto de vista comercial».

Europa Press

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